viernes, marzo 29, 2024
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Continúa el lenguaje violento de funcionarios de la Alcaldía que promueve la No Violencia

Definitivamente en la Alcaldía de Medellín, predican pero no aplican. La falta de coherencia es total, desde el discurso y desde la acción. La contradicción es infinita entre lo que dicen defender y lo que hacen contrario a su retórica.

El tema vuelve a ponerse en primera línea con los recientes hechos por la venta de las acciones de UNE. Desde las redes sociales, los funcionarios de la Alcaldía al mando de Daniel Quintero, disparan trinos insultantes, amenazantes, hostiles y hasta violentos.

Los concejales de Medellín en oposición, han denunciado amenazas directas que se complementan con mensajes que buscan presionarlos para que no voten en negativo la venta de las acciones de UNE, en una clara violación a la independencia de poderes. El arma utilizado por los funcionarios son los trinos y declaraciones con lenguaje violento.

Un manejo del lenguaje irrespetuoso contra sus opositores y críticos. Y es que quienes no hagan caso, no obedezcan, no actúen como se quiere desde los caprichos del alcalde, se convierte en merecedor de improperios, insultos y denominaciones que no le quedan a supuestos funcionarios de nivel.

La nortesantandereana y poco afín a las buenas maneras paisas, desconocedora del respeto y la cultura antioqueña que llegó a invadir los diferentes niveles de poder, desintegrando la cultura corporativa de EPM, por ejemplo, lo que llevó a la crisis que terminó con la renuncia del gerente Álvaro Guillermo Rendón, tras IFMNOTICIAS.COM revelar los abusos; ahora llama “SINVERGÜENZAS” a los concejales, en un acto de violencia absoluta y de falta de respeto a la independencia de poderes locales.

La “mentira” como estrategia de violencia, para “confundir y hacer creer” no solo está arraigada en el alcalde Daniel Quintero, quien ya es conocido por la ciudad como un “mitómano compulsivo”. Ahora, el mal se extiende por sus secretarios, quienes actúan como escuderos quienes tergiversan, mienten descaradamente, nuevamente, para ejercer una violenta presión sobre lo concejales.

Pero en los últimos días el tema del lenguaje violento se viene dando de manera continua para atacar a sus opositores, maltratando. Es curioso porque el discurso que se maneja no es de gobernantes sino el de políticos rabiosos en campaña. Y es que parece que tras casi dos años de gobierno, no han comenzado a gobernar y creen que todavía están en campaña. Al menos así lo demuestra Maria Camila Villamizar, en sus trinos.

Cuando desde la alcaldía solicitaron la venta de las acciones de UNE, solo lo veían como una idea que podría ayudar a las finanzas del municipio, de las que dicen, están en difíciles condiciones por la pandemia. Nunca fue claro para qué específicamente se necesitaba el dinero y ante esas preguntas nunca respondidas, les fue llegando el tiempo del debate en el Concejo Municipal y sin claridad, la suma de voto negativos.

Es cuando entró el desespero en la alcaldía y del sombrero de la nada, se sacaron argumentos repentinos de que con ese dinero, terminarán de construir Hidroituango, cuando es claro, que con todos los problemas que se tienen inclusive, la obra está completamente financiada.

Entonces ahora salieron con el “cuento” de la protección del patrimonio público y la activación de la cláusula; y de repente ya las acciones de UNE pasaron a vales 2 billones de pesos, cuando hasta hace unos días, no existía una valoración.

Con esta incoherencia, vinieron los ataques, los chantajes, las amenazas a los concejales y los señalamientos. Comienza el alcalde Quintero Calle señalando a los concejales del CD y complementa su escudera cucuteña con el trino antes mencionado.

El ambiente del lenguaje violento de quienes dicen defender la ideología de la NO Violencia y que dispusieron gran parte de los recursos públicos para etéreos programas en una secretaría hecha a medida de sastre para darle un puesto de “quehacer” al primo de la esposa del Alcalde, Juan Carlos Upegui; ya lo venían construyendo desde hace días cuando con el fallo de la Corte Suprema en primera instancia sobre el caso de Luis Alfredo Ramos, el tema fue aprovechado por el Alcalde y el otro escudero, el secretario Esteban Restrepo. Los dos sin medirse ni en respeto ni en humanidad, insultantes agredieron en redes al ex alcalde, exgobernador y ex senador y de paso al concejal opositor Alfredo Ramos.

Pero es que el promotor de la violencia desde el lenguaje, la retórica es el propio alcalde que no mide palabras para su nivel y se rebaja a carroñero de barrio para maltratar e irrespetar a quien quiera, con tal nivel de soberbia que pareciera que busca ser reconocido como un emperadorcito de aquellos que abundaban en la década de los 80 y 90 bajo el mando de jefes de carteles.

Y así, se venden. Como mafiositos. Una administración que amenaza a sus concejales porque no se comportan como el recién llegado gerente de Telemedellín Deninson Mendoza, a quien le gusta “hacer caso” y a quien le encanta lo que a su jefe le gusta.

El colmo llegó ayer en las declaraciones del alcalde quien con su evidente molestia, dijo a los medios de prensa, que si los concejales no votan positivamente su capricho de vender las acciones de UNE, “tendrían que responder” y los acusaría ante la procuraduría, en una presión indebida que se convierte en amenaza e irrespeto de la independencia de los poderes.

Resulta que quien con esas actuaciones y palabras debe responder, es el propio alcalde y sus funcionarios, quienes con estas actuaciones demuestran un violento comportamiento, polarizan el debate político y público y convierten la dialéctica propia de la política en una violenta pelea callejera.

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