Como había anunciado Francia Márquez en julio el objetivo del nuevo gobierno de Gustavo Petro sería dividir Colombia creando varios departamentos nuevos, y vendiendo a los ciudadanos y alcaldes de las regiones que a través de esta iniciativa podrán tener más autonomía financiera y territorial que les permita la captación de recursos de la nación.
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Dentro de la iniciativa estaría crear un nuevo departamento en todo el pacífico colombiano, otro entre algunos municipios de departamentos de la costa caribe colombiana y quitarle el Urabá a Antioquia y a Choco, convirtiendo esa región en un nuevo departamento, el del Urabá.
Las implicaciones de esta iniciativa, además de políticas porque implicaría cambiar la constitución de la Cámara de Representantes, donde todos los departamentos tiene curul en esta corporación y el número de las mismas depende de la cantidad de habitantes del último censo, también serían económicas.
Y es que en el caso del Uraba, esta sub región aporta al PIB tanto del departamento del Chocó como el de Antioquia y cobija la salida al mar caribe de ambos departamentos. Una de las razones por las que Petro habría puesto sus ojos allí es que ha esta en marcha la construcción del Puerto Antioquia que pretende concentrar gran parte del movimiento de carga que se mueve por el departamento y que tiene que ser desviado a Barranquilla o Buenaventura.
Esto le quitaría importantes recursos al departamento, como también sucedería en el caso de la iniciativa para el pacifico ya que se quedaría con el puerto de Buenaventura y esos recursos irían dirigidos a esas regiones de Colombia.
Otra de las regiones que podrían convertirse en departamento serían la del Magdalena Medio, que además tiene la ventaja de su ubicación geográfica sobre el río Magdalena.
Este podría ser un mecanismo para someter a Antioquia que es el último bastión de la oposición que tiene Colombia y que aún se mantiene anti petrista, por lo que convenciendo a autoridades locales de “independizarse” del mandato regional actual daría una estocada económica y territorial al único territorio que aún no lo reconoce como mandatario.
