martes, abril 16, 2024
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Una tragicomedia llamada Metro de Bogotá

La historia del Metro de Bogotá, es una tragicomedia donde el actual presidente desea escribir otro capítulo que alejaría aún más el sueño del metro en la capital.

La primera vez que se hablo de un metro para la capital fue en 1942, Carlos Sanz de Santamaría, la ciudad contaba con 380.000 habitantes, los costos dejaron a un lado la idea y se optó por la Empresa de Transporte Urbano de Bogotá.

Después del Bogotazo del 9 de abril de 1948, se volvió a retomar la idea de un metro, se propuso una concesión a 25 años, pero la presión de los dueños de los buses, lograron que el proyecto se olvidara.

En 1953 bajo el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla y aprovechando que se estaban promoviendo grandes obras de infraestructura, vuelve la idea, pero el alcalde Roberto Salazar de nuevo opta por la importación de buses.

Desde inicio de la década de los 60 las presiones de los dueños de los buses enterraron los proyectos con el nombre de metro, los empresarios del transporte y propietarios de empresas como Sidauto, Universal de Transportes, Samper Mendoza, entre otros, y que patrocinaban campañas de concejales y congresistas, siempre boicotearon la idea de un sistema de transporte masivo, el gobierno pagaba un subsidio a los dueños de los buses en su mayoría destartalados y estos pagaban a los conductores a comisión lo que generó múltiples accidentes fatales por la llamada guerra del centavo.

El caos en el transporte de Bogotá era total, ir del 20 de Julio en el sur a Suba en el norte, podría representar hasta tres o más horas de viaje, en unas condiciones pésimas de comodidad de los pasajeros.

En 1986 vuelve la idea con fuerza, una firma italiana adelanto estudios y las cosas caminaban, sin embrago las negociaciones con Andrés Pastrana, primer alcalde elegido de manera popular en Bogotá, determino que no existían recursos y se decidió por la Troncal de la Caracas con los antiguos buses y todos sus problemas.

Sucesivos mandatarios capitalinos siempre hablaron de la idea que por razones económicas se hundieron.

Con el fin de organizar el caótico transporte de Bogotá, que siempre había estado en manos de privados, cada quien tirando para su lado, Antanas Mockus, con su Plan Maestro de Transporte Público, crea el Sistema Integrado de Transporte Público, SITP.

Enrique Peñalosa también tomo la idea y en realidad estaba caminando, hasta que la madre naturaleza la sepulto, el 1999 el terremoto del eje cafetero, obligo a que los recursos se canalizaran a atender la emergencia, «primero lo urgente y después lo importante».

Peñalosa como respuesta a la necesidad de un medio moderno de transporte masivo y siendo una alternativa al metro, presentó el sistema Transmilenio, el proyecto original eran 17 troncales todas interconectadas, luego los revanchismos políticos de los gobiernos de izquierda sepultaron la continuidad de la solución de transporte.

La llegada de Gustavo Petro a la Alcaldía de Bogotá se retomó la idea, se contrataron estudios de un metro pesado subterráneo desde el portal de las Américas hasta la calle 127, Juan Manuel Santos, entrego un cheque simbólico el 25 de mayo de 2015 por 9.6 billones de pesos, pero el mentado proyecto de Petro y el Cheque de Santos resultaron chimbos.

Vuelve Peñalosa a la alcaldía y aunque no muestra mucha simpatía por el metro, comienza a revisar los estudios dejados por Petro y se determina que por costos se debe hacer el trazado elevado, por primera vez en mas de 70 años y con el apoyo del gobierno de Iván Duque, se firma con un consorcio chino la construcción de la primera línea, se comienzan las obras y los bogotanos después de muchos años, por primera vez ven la realidad de un sistema metro, hasta llega un vagón didáctico las obras se ejecutan, pero Gustavo Petro como presidente aparece a poner palos en la rueda.

Petro decide que la obra ya firmada debe ser modificada y como lo había planteado en su alcaldía, debe hacerse subterráneo, en estos momentos no se sabe si el proyecto podrá continuar como se venía ejecutando.

Estudios revelan que Bogotá presentá dificultades para una obra subterránea, la falta de planos de las diferentes redes ubicadas bajo el suelo de la ciudad, aguas subterráneas y un terreno no apto para utilizar tuneladoras, pueden dañar el sueño de los Bogotanos de montar en metro.

Un ejemplo de las dificultades para construir subterráneo en Bogotá, es el interconector vial deprimido de la calle 92 de unos 800 metros de longitud, se debía ejecutar en 17 meses, tardo 103, costaría originalmente 46 mil millones, termino constando 170 mil millones.

Expertos afirma que de ser una realidad el capricho político de Petro sobre el metro, costaría cerca de 18 mil millones de pesos y retrasaría la obra unos seis años más, además expone a la ciudad a millonarias demandas de proponentes que fueron eliminados y que reclamarían por el cambio de condiciones a la licitación original.

El dinero seria pagado por todos los Colombianos en un 70% y por los Bogotanos en un 30%.

La pregunta es ¿De verdad es necesario cambiar el proyecto solo porque Gustavo Petro desea estar en la placa de inauguración del Metro de Bogotá?

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