Con dolor de patria y preocupación, leí en los diarios del 16 de octubre de 2024, que los civiles de El Plateado rechazan la presencia del Ejército. No me cabe la menor duda que esa instrumentalización proviene de las amenazas del Estado Mayor Central – EMC, de las fracciones disidentes de las FARC-EP, del ELN, que los utilizan como idiotas útiles. Y de esos idiotas sí que está lleno el país.
El Ejército está para garantizar la paz y la seguridad ciudadana en todo el territorio Nacional. El Plateado es y seguirá siendo un centro de cultivo de coca, una de las zonas que más producen este alcaloide, y se dice que ahora está manejado por los narcos mexicanos, unos criminales que ese estado no ha podido doblegar.
La presencia de la Fuerza Pública, ocasional por cierto, y unos ministros y funcionarios que fueron a tomarse fotos, es una amenaza de que se les dañe el negocio si se quedan permanentemente. Ese es el verdadero temor de ellos.
El Cauca se ha convertido en un estado dentro del Estado. Los indígenas así lo han querido y están dispuestos a luchar para que no se les entorpezca su labor de producir drogas ilícitas, actividad que ha fortalecido su economía. Un territorio donde no hay seguridad desde hace varias décadas. Los crímenes diarios están en el orden del día.
El Estado tiene el desafío de acabar con este flagelo, de cambiar de producción por cultivos lícitos. Por eso se requiere su presencia en una forma decidida, no solo con la presencia de su aparato militar permanente, no ocasional, sino con obras civiles que mejoren el bienestar de las comunidades, e imponga las leyes.
Ya es hora de que ellos también tributen, que contribuyan con las cargas del Estado, porque hoy son una carga para el Estado: ¡Y qué carga! Exigen cada día más y quieren dar menos. Invaden haciendas productivas, el Estado las expropia y se las adjudica, y ellos las ponen a producir coca, amapola y marihuana.
Para el Gobierno, esos insurgentes son sus aliados, a los que no se puede traicionar porque lo ayudaron a subir a la Presidencia. Así lo manifestó Iván Mordisco, y se percibió con el pacto de La Picota y la alianza con políticos y partidos bastante cuestionados. De allí que la ciudadanía le haya perdido la confianza a Gustavo Petro, al Estado de derecho y a su Fuerza Pública.
La operación Perseo será de momento. Después abandonaran el territorio. La oferta de presencia permanente, incluso ocasional, ya fue rechazada por la población civil. Seamos realistas: El Estado no hará presencia, los indígenas no dejarán. Ellos no sustituirán sus cultivos, tendrán vías carreteables si los grupos armados las construyen, igual las escuelas de adoctrinamiento. Así ocurre en otros territorios de nuestra geografía donde las comunidades viven de la coca y la minería ilegal.
Los grupos armados ilegales libran una guerra entre ellos cuyo objetivo es dominar y controlar los territorios productores de coca, consolidarse como única autoridad en ellos, y expandirse. No es por ideologías políticas, es por dinero. De soslayo violentan a la población civil por la codicia.
Veamos esto:
- La violencia se pavonea por todo el territorio Nacional. ¿De dónde llegan esas armas tan sofisticadas para esas estructuras armadas?
- La inseguridad es en los campos y las ciudades.
- Las Fuerzas Armadas están maniatadas, sus helicópteros se están cayendo, y les recortaron los recursos para operar.
- El secuestro y la extorsión ya no es territorial, es Nacional.
- El comercio ilegal de drogas psicoactivas se ha fortalecido. Nuestros jóvenes en peligro de narcotizarse.
- Las selvas están siendo deforestadas.
- Las ciudades turísticas son prostíbulos a cielo abierto.
- Las actividades legales son asfixiadas con impuestos. No hay oportunidades de empleo porque las empresas con tanta legislación que las asfixia, deciden retirar personal antes que engancharlo, haciéndolos vulnerables a ser delincuentes.
- El conocimiento, la profesionalización, está pasando a un segundo plano: es mejor ser influencers.
- La justicia tiene un precio: dejar vencer los términos significa que hubo dinero de por medio. Y además, intimidada.
- El miedo está dominando al país. La amenaza con las armas y el crimen premeditado del civil que no se deja someter, es un hecho.
- Se nombran activistas en cargos políticos para los cuales no están preparados.
- Se cooptan las instituciones estatales para beneficio de intereses personales y politiqueros.
- No hay políticas serias para garantizar educación y salud de los ciudadanos. Las universidades e instituciones educativas del Estado desfinanciadas. A los hospitales, clínicas y demás instituciones prestadoras de servicios de salud, en la inopia.
- No hay estrategias para desmantelar la delincuencia organizada, y menos para recuperar el territorio perdido por el dominio de los grupos armados ilegales.
- Desde las cárceles las organizaciones delincuenciales siguen delinquiendo, dan ordenes mientras su seguridad tras las rejas es garantizada por el Estado.
- La justicia y la policía desmoralizada porque capturan a un sujeto y es retenido máximo 72 horas. Su labor es inútil.
- Casa por cárcel para criminales tan peligrosos como alias «Pichi».
- La ciudadanía sometida al imperio del crimen.
- El lavado de dinero ilícito ha generado inflación, igual el turismo sexual. En la unidad donde vivo, un apartaestudio es alquilado hasta en $8.000.000 mes.
- Líderes sociales y defensores ambientales asesinados.
Así no tendremos paz nunca: un Estado ausente, unos jóvenes sin oportunidades de empleo, una inseguridad por falta de justicia, y la vulneración diaria de nuestros derechos y dignidad.
Ahora se dice que pronto no tendremos gas, que habrá racionamiento eléctrico y del agua.
Hago un llamado a la resistencia civil y la sanción social a este gobierno, porque la jurídica no la habrá. Esto puede ser más poderoso que el uso de la fuerza.
