Desde hace casi dos décadas, Cartagena ha sido escenario de un evento que ha posicionado a la ciudad como un referente de la música clásica en América Latina.
El Cartagena Festival de Música, fundado en 2007 bajo la dirección de Julia Salvi, ha reunido a artistas de talla mundial y ha generado un impacto que trasciende lo artístico.
Cada mes de enero, la ciudad recibe a músicos, académicos y espectadores que participan en una programación diversa, con conciertos, conversatorios y actividades educativas.
La más reciente edición del 2025 llevó por nombre El Canto del Mar y exploró la riqueza musical de la península ibérica. Escenarios emblemáticos como el Auditorio Getsemaní, el Teatro Adolfo Mejía y la Plaza de la Aduana fueron sede de presentaciones que abarcaron desde el flamenco hasta la música de cámara. Más de 14.000 asistentes presenciaron los 23 conciertos que conformaron la programación.
El festival ha sido clave en la consolidación de la vida musical de Cartagena y Bolívar. Desde su inicio, ha promovido iniciativas que buscan fortalecer la educación artística en la ciudad. La Orquesta Sinfónica de Cartagena es una de las agrupaciones que ha crecido al amparo del evento, integrando a jóvenes músicos y convirtiéndose en parte del ecosistema cultural local.
En colaboración con instituciones como el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) y la Universidad de Cartagena, el festival ha impulsado programas de formación para niños y jóvenes. También ha servido de plataforma para nuevas agrupaciones, con un énfasis en la experimentación y la innovación temática en cada edición.
En su trayectoria, el evento ha desarrollado coproducciones con festivales internacionales como el de Spoleto en Italia, además de integrar a orquestas colombianas como la Filarmónica de Bogotá y la Sinfónica Nacional de Colombia.
El festival no solo ha dinamizado la escena musical de Cartagena, sino que ha generado beneficios en sectores como el turismo y el comercio.
La edición de 2025 dejó un balance de 720 nuevos empleos y un aumento significativo en la ocupación hotelera, con más de 1.300 noches registradas. Restaurantes, transportes y otros negocios locales han visto en este evento una oportunidad para fortalecer su actividad económica.
Los organizadores han destacado el papel del festival en la atracción de un turismo cultural que valora el patrimonio histórico de la ciudad. Cada año, la demanda por entradas ha crecido, con un aumento sostenido en la asistencia y la venta total de boletos en la última versión.
El reto de los próximos años estará en mantener la calidad artística del evento y ampliar su impacto social. La edición número XX, programada para 2026, se perfila como un hito en la historia del festival, con una apuesta por fortalecer su alcance y su contribución al desarrollo cultural de la región.
¡Conéctese con IFMNOTICIAS! Síganos en nuestros canales digitales y active las notificaciones. @ifmnoticias en Instagram, X, Facebook, YouTube y Dailymotion.
