Hoy las redes amanecieron haciendo pedazos al empresario y candidato presidencial outsider, Santiago Botero Jaramillo. Aparecieron en las redes fotos y videos con declaraciones, poniéndose a disposición del presidente Gustavo Petro. Se declara incluso “un soldado“, de la causa.“Basura Petrista“, le dicen en las redes.
En mis conversaciones telefónicas con Santiago, le advertí, que se estaba metiendo en arenas movedizas. “No vas a encontrar amigos en la política“, fue el primer consejo que me dio Álvaro Uribe.
Pues bien, ahí tienen la prueba. El menú se llama Santiago Botero y todas las hienas de la política y medios, lo despedazan sin misericordia.
Yo analizo esa situación de manera muy distinta. Cuando Petro llegó a la Presidencia y Santiago era CEO de Finsocial, tenía mucho sentido entonces para él, ponerse a las órdenes de Petro.
Recuerden el almuerzo de la colonia de empresarios Judíos con Petro, en casa de Jean Claude Bessudo. Todos a sus órdenes y Petro ya próximo a ganar, también es evidente la cercanía de los Gilinsky con Petro.
No hay nada de malo en ponerse a la orden del nuevo gobernante, si de apoyar un buen mandato se trata, pero con Petro, nada sale bien, al contrario, todo sale muy mal.
Petro hoy totalmente desprestigiado después de 3 años de un gobierno caótico, y corrupto y Santiago hoy no es el CEO de Finsocial, vendió sus acciones y está fuera de la financiera. Desde un punto de vista sano y desprevenido, no veo nada de malo en el cambio de actitud de Santiago. Al contrario, reaccionó ante tanto desgobierno.
Pero la política es prevenida, enfermiza, malintencionada y no perdona ni el más mínimo error y esos videos que andan inundando las redes muestran a Santiago como un traidor, como un infiltrado de Petro en el centro-derecha. Claro que no es así.
Para mí es clarísimo, que Santiago procede con honradez y su nueva posición de candidato anti Petro, es hoy consecuencia de ese mal gobierno y no de una traición de Santiago y a propósito hay un segundo comentario.
Lo tuve invitado en Pereira, y le organicé un almuerzo con 50 empresarios y líderes locales cuidadosamente seleccionados, había mucha expectativa acerca de ese outsider que llegaba a la política, hablando muy duro.
Germancito Calle Ramírez, primo de mi hijo, y amigo de toda la vida, me aproximó a Santiago y se encargó de ayudarme a organizar todo, el almuerzo terminó en una gran decepción.
Todos los empresarios y líderes lo escucharon con paciencia, Santiago llegó hasta los enunciados de su programa, pero nunca pudo explicar, como lo iba a hacer. “Bajaré los impuestos de renta del 35% al 15% ”, “pero no me pregunten cómo”.
Todos los 50 asistentes al almuerzo quedamos aburridos y desconcertados, Santiago tenía más ganas que fondo, esas propuestas económicas tienen que venir acompañadas de un soporte financiero muy claro. De otra manera “se vuelven caricaturas”; así se lo manifestó con respeto, una de las asistentes.
Y la relación de Santiago con el Congreso, que aprueba las leyes y el presupuesto nacional, no tenía siquiera un libreto. Fatal.
Conclusiones.
1. Santiago Botero no es para nada el traidor y el farsante que muestran hoy las redes. Ponerse a la orden del Presidente que llega, para ayudarle, no tiene nada de malo al cambiar las circunstancias, cambió y radicalizó su posición.
2. Su candidatura es un mar de enunciados y propuestas, con un milímetro de profundidad, así las cosas, ¡no tiene hoy esa candidatura, ninguna opción de volverse viable y menos posible!
Sobremesa
Santiago, por la boca, muere el pez.