Por: Óscar Jairo González Hernández
En sus temas (constructos diseminadores del arte o de su estética), los que le hacen acceder, provocar un conocimiento, incrustar una conciencia sensible, asir o no un símbolo, sentir en qué dimensión, sostener su visión de conocimiento, o que haya hecho un trayecto en su vida obsesivo onírico quiromántico y real: ¿Podría decirnos qué flor lo ha causado y realizado y por qué y para qué en lo que ha hecho o en lo que hace? ¿Revelación del instante, o de su catarsis? Al leer e interpretar la pregunta, siento una profunda inquietud acerca de su significado y de cómo vinculó mi vida con mi expresión visual y poética.
La flor que mejor conecta con mi personalidad y expresión artística es la flor de loto. Esta flor, cuya belleza florece en medio del pantano o en aguas estancadas, no se desarrolla de manera superficial. Su profunda raíz, por así decirlo, no le impide abrir sus pétalos, incluso en un entorno turbio y poco atractivo. Sin embargo, la flor de loto se abre y nos enseña que, a pesar de las sombras, los silencios y la soledad, siempre hay algo que puede florecer. Reconocer esto es comprender que no hay espacios vendados, sino diferentes formas de percibir el milagro que es la vida.
De esta manera, conecto con el lenguaje o la expresión artística. Considero que el arte y esta flor, como símbolo, son un puente para comunicar mi percepción del mundo y mi lenguaje profundo, que se expresa a través de mi arte. Mi estética y gusto se identifican con el surrealismo, un símbolo en el que trato de generar inquietud y reflexión en mi expresión artística. Desde temprana edad, desarrollé un interés por los lenguajes artísticos, ya que de alguna manera manifiestan los pensamientos del ser humano. Como mencioné anteriormente, el arte es para mí un puente para comunicarme con el mundo, especialmente cuando las palabras, en ocasiones, son mudas.
Y en ese silencio, encontré en el collage mi representación simbólica de mis textos, sueños y pensamientos, los cuales no siempre pueden ser expresados de manera escrita. Habito en un lenguaje surrealista, similar al de muchos artistas que han generado una visión “diferente” de interpretar la vida, el dolor y las preguntas existenciales.
El surrealismo, para mí, es un movimiento que ha generado una construcción compuesta del símbolo en el arte. Pienso que este movimiento no está tan desconectado de la realidad; simplemente es cuestión de saber leer el lenguaje, de lo que algo literal puede provocar en imágenes no tan “reales”. Quizás, para algunas personas, resulte incomprensible, pero de alguna manera tiene sentido y significado al plasmar otras realidades o significados.
Esta pregunta me lleva a reafirmar algo: ¿Qué es la realidad? Creo que todos los seres humanos hablamos desde nuestras experiencias, y solo así interpretamos el mundo, lo leemos y lo expresamos. Es muy difícil hablar de una realidad absoluta cuando no compartimos la misma línea de vida. Sin duda alguna, el arte y la flor de loto, como mi representación simbólica, son mi reconciliación conmigo misma y con los demás.