El buen management existe. Patagonia, Toyota, Carvajal, Colombina y Argos prueban que la gestión empresarial seria cambia industrias y fortalece países.
Destruir es viral; construir exige management serio. En la gestión empresarial actual, criticar al management es un deporte rentable. El gerente de selfie, el coach exprés y el PowerPoint vacío son caricaturas que se comparten, se vuelven virales y entretienen. Yo mismo he escrito sobre eso.
Pero quedarse solo en la demolición es cómodo, casi cobarde. El buen management existe, y tiene otra cara: la mano visible que ordena sistemas, genera valor sostenible y mantiene vivo el tejido productivo incluso cuando todo alrededor se derrumba.
La mano visible que deja huella.
No todo gerente es actor de teatro corporativo. Algunos son arquitectos de futuro que toman decisiones estratégicas que se sienten décadas después. Patagonia blindó su propósito al transferir la propiedad a un fideicomiso ambiental: menos marketing vacío, más gobernanza real.
Toyota, tras el tsunami de 2011, rediseñó su cadena de suministro global y reactivó plantas en tiempo récord. Esa mano visible del liderazgo estratégico sostuvo producción y empleos en medio del caos. Eso no es discurso motivacional: es coherencia empresarial escrita en cicatrices y resultados.
Casos en Colombia: management con callos. Ese mismo patrón no vive solo en manuales ni en ejemplos globales. En Colombia también hay empresas que muestran cómo el buen management existe cuando se toma en serio.
Carvajal dejó la nostalgia de la imprenta y se convirtió en multilatina de empaques, educación y tecnología. No fue un salto cómodo: fue una secuencia de decisiones estratégicas que la mantuvieron viva más de un siglo.
Colombina enfrentó un 2024 hostil: impuestos a ultraprocesados, revaluación y costos crecientes. No se desplomó. Ajustó, exportó más y sostuvo empleo formal. Ese es el sótano del management: donde la dirección estratégica baja a la nómina y paga salarios reales.
Argos convirtió la sostenibilidad en estrategia, no en adorno. En 2024, Cementos Argos ocupó el primer lugar mundial de su industria en el índice de sostenibilidad de S&P Global/DJSI, con 89/100 puntos. Mientras otros prometen carbono neutro en 2050, Argos produce concreto verde hoy. Eso es incomodar a la industria con hechos, no con promesas.
La brújula de los stakeholders.
Estos casos comparten algo esencial: la mano visible del management no persigue trending topics, sino resultados que perduran. Algunas decisiones incomodan en el corto plazo; otras entusiasman porque alinean propósito con práctica.
El verdadero núcleo del buen management está en los stakeholders. Empleados, clientes, comunidades y accionistas no son excusa de marketing: son parte de la ecuación que legitima y da fuerza a la empresa. Ahí está el verdadero atractivo del management serio: hacerlo funcionar con tanta consistencia que lo complejo parezca sencillo.
El buen management existe y cambia la historia.
En tiempos digitales, la destrucción se viraliza fácil. Pero lo que sostiene países no son los memes: son las manos visibles que deciden en serio.
El buen management existe. Sin él no tendríamos industrias que generan empleo formal, marcas colombianas que exportan a más de 70 países ni empresas reconocidas globalmente por su coherencia.
El enemigo no es el management. El enemigo es su caricatura. Porque la mano visible del buen management no deja frases para LinkedIn: deja fábricas encendidas, empleos vivos y sociedades en pie cuando los gerentes ya son historia. Criticar vende. Pero lo que transforma sociedades es la mano visible del management serio.
