Querido pueblo colombiano, el pasado 19 de junio, un sector mayoritario escogió como presidente de la República a un terrorista, quien durante años atacó las instituciones legítimamente constituidas, quien incendió el Palacio de Justicia y fue causante de miles de muertos en nuestra amada Colombia.
Pero igual, fue su elección y se respeta. Nosotros los soldados de Colombia que hemos sufrido con nuestra propia sangre la guerra declarada por parte de diferentes grupos armados ilegales narcoterroristas, somos y seguiremos siendo garantes de la Constitución y de la Ley. Acatamos la voz del pueblo porque es nuestro deber constitucional. Pero no le quepa la menor duda a nadie, que de la manera como cumplimos la ley, si llegáramos a observar que nuestra democracia y libertad se ve amenazada por negros y oscuros intereses, no dudaremos un segundo en actuar conforme la Constitución nos lo exige y nos lo permite. No pretendan señores terroristas que les vamos a entregar el país tan fácil, porque estaremos vigilantes a sus actuaciones. Somos un Ejército que amamos y respetamos la democracia. A los enemigos de la patria los derrotamos observando la Constitución y las leyes.
Muy seguramente mi general Zapateiro tendrá que dar un paso al costado, pero quedamos miles de zapateiros defendiendo nuestro país de las garras del comunismo. Ustedes mi pueblo colombiano, tienen a un Ejército que hará respetar por encima de cualquier interés político las instituciones legítimamente constituidas. No es un llamado a un golpe de Estado; valga la aclaración, es un llamado al deber que está por encima de cualquier posición política o personal que quiera destruir nuestra democracia.
Este llamado también va para nuestros generales, nuestros lideres y comandantes. Todos nosotros, sus subalternos, confiamos y creemos en su honra, no pretendan recibir nuestra obediencia si en determinado momento alguno de ustedes decide traicionar sus principios. En la Escuela Militar aprendimos acerca de la lealtad, de la honra, de los principios y jamás seremos ajenos a ellos por dinero o poder. Un general que sacrifique su integridad sacrificará también el respeto y la confianza de sus hombres. La Constitución política impone el cumplimiento de la misión por encima de cualquier interés personal.
Ellos buscarán un alfil para su siguiente jugada, que usted señor general no sea esa ficha. Que jamás la historia lo juzgue por traidor. Ya un general de la reserva activa lo hizo, traicionero, desleal y vil cobarde a quien su misma familia lo desprecia y la historia lo juzgara por traidor.
Mis generales, coroneles, oficiales, suboficiales, soldados y civiles de nuestro glorioso Ejercito Nacional, de nuestra Armada Nacional, de nuestra Fuerza Aérea y Policía Nacional; llegó el momento de mostrar de qué estamos hechos, firmes con nuestras convicciones, ni un paso atrás, Colombia debe ser defendida cuando lo requiera.
El Ejército colombiano, que profesamos lealtad a nuestra patria, estaremos vigilando nuestra democracia, y la defenderemos si está se llegara a ver amenazada, de eso no les quepa la menor duda.
Patria, Honor, Lealtad.
