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viernes, mayo 17, 2024
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    (OPINIÓN) Los decentes. Por: Álvaro Ramírez González

    No le pudieron haber conseguido un nombre más revelador y cautivador a un nuevo partido político que “los decentes”. Que maravilla, un nombre que se vende solo.

    Y pocas veces había visto el país, un atraco a mano armada tan evidente, tan vulgar y tan indecente como el que acaba de cometer Olmedo López, director de la UNGRD, y líder de los decentes, el descarado y evidente robo de los carrotanques de La Guajira, una vergüenza.

    Se robaron en las narices de todos, en la compra de 40 carrotanques, $20 mil millones de pesos, Olmedo enmudeció y nadie entendía su silencio al ser descubierto semejante robo tan burdo y tan grande. Pasaron apenas unas pocas semanas y resulta que ese atraco va a dar mucha “más manteca”, de lo que imaginaron los periodistas y los expertos.

    Según las recientes declaraciones de Sneyder Pinilla subdirector de la UNGRD, que anda buscando los beneficios de colaborar con la justicia, esos $20 mil millones se le repartieron a mucha gente, aparecen implicados, el ministro del Interior Luís Fernando Velasco y los presidentes del Senado Iván Name y de la Cámara de Representantes, Andrés Calle.

    Y se va rauda, buscando liberarse de los cargos, la consejera Sandra Ortiz, que fue quien dirigió las entregas de dinero.

    Afirma Pinilla, que él le entregó a Iván Name un maletín con $3.000 millones de pesos en efectivo y a Andrés Calle, $1000 millones igualmente en efectivo para que acelerarán y facilitarán la aprobación de las reformas de Petro. Esa si es decencia.

    Este el robo más grande y burdo del que yo tengo noticias y que compromete a todo el gobierno de Gustavo Petro, pero el gran cínico con su narrativa mamerta que los confunde a todos hace esta magistral afirmación: “¿Entonces por un corrupto van a tumbar las reformas de un gobierno?”. Pues aquí el corrupto justamente es todo el gobierno.

    Petro minimiza a un corrupto, como alguien aislado e insignificante en el gran tamaño del Estado y magnífica la grandeza de sus reformas.

    Todo para que se vea muy pequeńa la actuación de un corrupto como López, y muy grandes las reformas, para que ese acto de corrupción probado ya, no las toque ni las manche. ¡Hágame pues el favor!

    Un juego de palabras que ofende la inteligencia de los colombianos por la magnitud del robo pero sobre todo, el concierto para delinquir entre un alto funcionario del ejecutivo (UNGRD) y el poder legislativo, con la vergonzosa compra de los presidentes del Senado y la Cámara.

    Así se roban descaradamente los recursos para atender los desastres de los pobres, unas ratas todos. Empacados de decentes.

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