En un movimiento histórico para la protección y el bienestar animal, el presidente Gustavo Petro sancionó la «Ley No Más Olé», marcando un hito significativo en la legislación colombiana.
La ley, aprobada el pasado 28 de mayo por el Congreso de la República, fue oficializada en la emblemática plaza de toros.
La medida entrará en vigencia tras un periodo de transición de tres años para desarrollar estrategias que identifiquen y reorienten el sector taurino, así como para diseñar programas de reconversión económica para las familias que dependen de esta actividad.
Este 22 de julio, en la plaza de toros La Santamaría de Bogotá, hubo una celebración musical con las bandas I.R.A., Desarme, Latin Latas y Chucho Merchán, ya que coincide con la sanción de la ley ‘No Más Olé’ por parte del presidente Gustavo Petro, que prohíbe las corridas de toros en Colombia.
Esta ley, que busca erradicar prácticas crueles hacia los animales en espectáculos y eventos públicos, prácticas de rejoneo, novilladas, becerradas y tientas y ha sido recibida con aplausos por activistas y defensores de los derechos de los animales.
La «Ley No Más Olé» surge como una respuesta contundente a años de campañas y manifestaciones que denuncian el maltrato animal en eventos como las corridas de toros, las peleas de gallos y otros espectáculos similares.
Tras múltiples intentos, se logró aprobarse en el Congreso la iniciativa. Así pues, Colombia abandonará el grupo de ocho naciones que todavía tiene el torneo como una actividad legal, como España, Portugal, Francia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.
La iniciativa se aprobó pese a las críticas de representantes de plazas taurinas como Manizales, por intermedio del su alcalde, Jorge Rojas Giraldo, que expresó su desacuerdo con esta ley, al considerar que afectará a la economía local.
Algunos sectores, especialmente aquellos vinculados a las tradiciones taurinas y otros espectáculos, han expresado su descontento y preocupación por el impacto económico que esta normativa podría tener. Argumentan que estas prácticas forman parte del patrimonio cultural y que su prohibición podría afectar a miles de personas que dependen económicamente de ellas.
En respuesta a estas preocupaciones, el gobierno ha anunciado la implementación de medidas de apoyo y transición para los sectores afectados. Estas incluyen programas de reconversión laboral y la promoción de alternativas culturales y turísticas que no involucren el maltrato animal.
La «Ley No Más Olé» también ha generado un amplio debate en la sociedad colombiana sobre el equilibrio entre la preservación de las tradiciones culturales y la necesidad de avanzar hacia prácticas más éticas y responsables.
Los defensores de la ley argumentan que la cultura no debe ser una excusa para perpetuar la crueldad y que es posible encontrar formas de celebración y entretenimiento que respeten la vida animal.
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