Gustavo Petro sacó pecho con el vuelo Bogotá – Caracas, asegurando que había comenzando la internacionalización de Satena. Mientras tanto, vendió uno de los pocos aviones de la empresa estatal, que podía cumplir con los estándares de la aviación mundial para ese tipo de trayectos.
La flota actual de Satena, salvo dos aeronaves, no sirve para cubrir trayectos internacionales, por lo cual, el capricho de Petro podría poner en peligro la vida de los viajeros, pues el alcance de los aviones de la aerolínea estatal, no es suficiente para dichos vuelos.