La semana pasada se vencía el plazo para que las empresas que pagaron para tener la posibilidad de entrar en la licitación entregaran sus propuestas, sin embargo, EPM anunció que este plazo había sido ampliado un mes, es decir que se recibirán las propuestas hasta finales del mes de julio y a partir de ahí se abrirá el proceso para escoger que empresa o consorcio se encargaría de darle continuidad a Hidroituango asumiendo las obras civiles del megaproyecto.
EPM en su momento justifico la ampliación del plazo a las innumerables dudas que se han presentado alrededor de los pliegos entregados por la empresa de servicios públicos, por lo que hasta ahí la cosa iba normal, aunque genera temor entre los contratistas de no tener suficiente tiempo para entregar las obras al nuevo contratistas.
Sin embargo, en las últimas horas se conoció que en realidad se amplió el plazo porque ninguna de las empresas que manifestaron su interés de ser participes de las obras civiles presentó una propuesta por sus reparos en el aseguramiento de las obras que exige EPM para adjudicar el contrato.
Y es que el tema no es menor, cuando Hidroituango se siniestró en 2018 y los seguros pagaron cerca de $4,3 billones de pesos por el derrumbe en el túnel de desviación del río, que además generó un retraso importante en las obras, esto conllevo que los seguros en el mundo vean las obras como un alto riesgo y por ende el aseguramiento es costoso y por debajo de lo requerido por EPM.
Las únicas empresas que podrían cumplir con los requerimientos serían las chinas, pero al parecer tampoco estarían dispuestas a asumir el riesgo total de las obras, que sería una de las exigencias de la empresa de servicios públicos, sobre todo que el riesgo que deberían asumir no es solo por las obras que llegan a ejecutar sino por el total del megaproyecto que ya se siniestró y cuyas obras ha adelantado el actual consorcio constructor CCCItuango.
Esto ha generado temor entre los ejecutivos de EPM por la imposibilidad de encontrar quien finalice las obras, sobre todo las que están en la licitación de la segunda etapa, que comprenden las obras de las turbinas entre la 5 y la 8.
El nuevo contratistas tendría que llegar a abordar una sección del macizo rocoso que fue precisamente la que se derrumbó en el siniestro del 2018, sin saberse hasta el momento hasta el punto de avance en esa sección de la obra pueda llegar el actual contratista por lo que el estado en que recibirían las obras aún es incierto.
En caso de no encontrar un posible contratista pronto EPM se vería en a necesidad de ampliar el actual contrato con el constructor, ya que dicho documento llega a su fin el 31 de agosto y sumando los tres meses de empalme debería esta fuera de las obras para el 30 de noviembre del 2022, fecha en la que ya tendría que haber entrado en funcionamiento la primera turbina del proyecto para evitar sanciones por parte de la Comisión de Regulación de Energía del Colombia.
El manejo que le de EPM a la actual licitación permitirá darle continuidad al proyecto y estar generando el total de la energía proyectada en el mediano plazo.
