Este lunes, 18 de noviembre, la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate la polémica reforma a la salud impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Aunque el trámite avanzó con facilidad gracias a las mayorías oficialistas, las alarmas están encendidas entre los sectores de la oposición.
El representante Andrés Forero, del Centro Democrático, se erigió como una de las voces más críticas frente al proyecto. Desde su perspectiva, esta reforma no solo no resuelve los problemas actuales del sistema, sino que los agrava y genera nuevas amenazas.
Forero advirtió que la propuesta otorga un mayor protagonismo a alcaldes y gobernadores, un movimiento que, según él, podría abrir las puertas a la politización y corrupción en la prestación de servicios de salud.
“Este proyecto, en lugar de resolver los problemas que tiene nuestro sistema, los agrava. Le da mayor protagonismo a alcaldes y gobernadores con un riesgo de politización y corrupción”, señaló el Congresista.
Asimismo, criticó la fragmentación de los recursos destinados al sector, argumentando que esto afectará directamente a los pacientes, especialmente a aquellos con enfermedades de alto costo o huérfanas.
“Cuando se fragmentan los recursos, se fragmenta la atención, y esto termina afectando principalmente a los pacientes más vulnerables,” afirmó.
Dudas sobre los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS)
Una de las piedras angulares de la reforma son los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), que asumirían un papel protagónico en el nuevo modelo. Sin embargo, Forero cuestionó la viabilidad de esta propuesta, especialmente en ciudades como Bogotá, donde, según él, estos centros no están preparados para las responsabilidades que se les asignan.
“En Bogotá, los CAPS no están en condiciones de asumir todas las responsabilidades que les está asignando el gobierno. Esto va a ser un retroceso y podría desencadenar una crisis sanitaria sin precedentes,” advirtió.
Críticas al manejo actual del sistema
Forero no solo cuestionó el modelo propuesto, sino también la incapacidad del gobierno para abordar los problemas existentes. Según el parlamentario, las actuales deudas del sistema, como el incumplimiento en el pago de presupuestos máximos y la falta de atención a pacientes con enfermedades de alto costo, siguen sin resolverse.
“El gobierno sigue sin darle la cara a los pacientes que protestan porque no reciben medicamentos o porque les han interrumpido sus tratamientos. Este proyecto no resuelve estos problemas y solo los pone en segundo plano,” añadió.
El Senado como última esperanza
Aunque la reforma probablemente será aprobada por la plenaria de la Cámara de Representantes, Forero confía en que el Senado, específicamente la Comisión Séptima, vuelva a rechazarla, tal como ocurrió en el pasado.
“Esperamos que la Comisión Séptima del Senado salve al país de este modelo de salud impracticable que podría generar la mayor crisis sanitaria en nuestra historia reciente,” concluyó.
Con el paso del proyecto al segundo debate, la oposición, liderada por voces como la de Forero, continuará alertando sobre los riesgos que, según ellos, implica esta propuesta. Entretanto, el gobierno sigue adelante con su agenda, decidido a implementar lo que consideran una transformación necesaria para el sistema de salud en Colombia.
