La hidroeléctrica de El Guavio, que genera el 7 % de la energía de Colombia, siendo la mayor del país con una capacidad de 1 260 megavatios, en este momento está generando una quinta parte del total, todo por cuenta del apagado manual de cuatro de las cinco turbinas, debido a las protestas ciudadanas que tienen bloqueadas las vías de ingreso a la Central.
Y es que desde hace casi un mes, los pobladores bloquearon el acceso a dicho punto, protestando por el estado de la vía que comunica a Ubalá (Cundinamarca) con Santa María (Boyacá), de modo que las cuadrillas de mantenimiento no han podido llegar a la casa de máquinas para realizar los trabajos preventivos que permiten que las unidades de generación funcionen de manera adecuada.
Es por esto que el operador de la hidroeléctrica decidió apagar una a una las turbinas, en la medida que se han cumplido los tiempos para el mantenimiento preventivo, para evitar el deterioro de los equipos, y costosas y largas reparaciones, dejando hasta el momento una sola unidad de generación en funcionamiento, es decir que solo se está operando al 20 % de la capacidad instalada.
Para mañana se programó una reunión con delegados de las gobernaciones de Boyacá y de Cundinamarca, con la participación del gobierno nacional, además de ENEL; con el objetivo de presentar a los manifestantes, las propuestas que permitan resolver el problema, pues de no llegar a un acuerdo, la única turbina que se encuentra en funcionamiento también tendrá que ser apagada.
Esto supone que Colombia tenga que encender las centrales termoeléctricas, (construidas en los años 90 luego de que durante el gobierno de César Gaviria el país viviera horas de apagón general por el bajo nivel de las represas lo que conllevó a que disminuyera notoriamente la generación hidroeléctrica) para evitar que más de dos millones de hogares se queden sin el servicio. Esta determinación implica que para los usuarios de la energía generada en El Guavio se haga un incremento.
Para poder reiniciar las turbinas apagadas se requiere mantenimiento de cada una de ellas y al menos dos semanas para volver a generar energía, tiempo que comenzará a contar en el momento en que los técnicos puedan ingresar a la casa de máquinas a realizar los procedimientos correspondientes.
¿Cómo se llegó a esta situación? Pobladores bloquearon justo la carretera que une la hidroeléctrica con el casto urbano de Ubalá por cuenta del mal estado de la vía entre dicho municipio cundinamarqués y Santa María en Boyacá, que son 100 kilómetros de vías primarias y secundarias pero que no son utilizadas por un alto volumen de ciudadanos.
La puesta a punto de dicho corredor implica la inversión de cerca $50 mil millones de pesos que se espera sean adjudicados el 29 de este mes. Sin embargo, todos los actores tendrán que aportar dineros para que el proyecto pueda ser ejecutado y es ahí donde radica el problema, pues el capital no está completo. De hecho, ENEL se compromete a aportar una parte y las gobernaciones de Cundinamarca y Boyacá también deberán entregar recursos.
El gobierno nacional se ha mantenido al margen, más allá de ser facilitadores para los diálogos entre las partes, a pesar de que está en riesgo la prestación de servicio de energía para una porción de la población colombiana.
En los últimos cinco años, la compañía ha otorgado $150 mil millones entre los diferentes municipios y autoridades ambientales. Tan solo Ubalá ha recibido más de $14 mil millones.
