En medio de un clima de incertidumbre para el sector energético del país, Ecopetrol decidió cancelar su ambicioso proyecto de gas Komodo para el periodo 2024-2025, debido a la suspensión del trámite de la licencia ambiental por parte del Ministerio de Ambiente.
Esta decisión, aunque ampliamente conocida entre los sectores de la industria, ha generado preocupación por los efectos financieros que acarrea para la compañía estatal y por las implicaciones que tendrá para el abastecimiento energético nacional.
El presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, intentó calmar las aguas al afirmar que la empresa está en camino a transformarse en una compañía enfocada en el gas natural y no en el petróleo, debido a la dificultad cada vez mayor de encontrar crudo en territorio nacional.
Sin embargo, sus declaraciones no han pasado desapercibidas para los sectores críticos, quienes ven con desconfianza esta “transformación” y señalan que los constantes cambios en los proyectos y la falta de decisión gubernamental están afectando gravemente la estabilidad de Ecopetrol.
Impactos de la cancelación del proyecto Komodo
La cancelación de Komodo fue presentada como una medida obligada tras la falta de aprobación ambiental que, según Ecopetrol, afectó la llegada del barco perforador al país, retrasando así los trabajos de exploración programados.
“Se están evaluando las consecuencias financieras frente a los compromisos con terceros, caso por caso, para mitigar los impactos producidos por la suspensión del trámite de licenciamiento ambiental”, detalló la compañía en un comunicado dirigido al senador José David Name, fechado el 24 de septiembre.
La petrolera también ha confirmado que otras iniciativas de inversión se han vuelto inviables debido a los altos costos impositivos derivados de la reforma tributaria de 2022.
Esto significa que las exigencias fiscales actuales están reduciendo el margen de maniobra para la inversión en exploración y producción, dejando al país con menos alternativas energéticas a mediano plazo.
¿Un giro hacia el gas natural o un cambio obligado?
En su intervención en el Senado, Roa aseguró que Ecopetrol está en proceso de “dejar de ser una empresa de petróleo para convertirse en una compañía de gas”.
Según Roa, la empresa enfrenta cada vez mayores costos y dificultades para encontrar petróleo, lo que obliga a Ecopetrol a redirigir su enfoque hacia la producción de gas, particularmente en proyectos costa afuera como Komodo y Sirius.
No obstante, la falta de avances en estos proyectos plantea serias dudas sobre la capacidad real de la empresa para concretar esta transición y mantener la autosuficiencia energética del país.
No obstante, algunos analistas consideran que este tipo de afirmaciones buscan distraer de las responsabilidades actuales de la administración, la cual enfrenta una baja en las reservas de gas y petróleo que amenaza la sostenibilidad de la compañía y del abastecimiento energético en Colombia.
Abastecimiento de gas para 2025
Hasta hace poco, Roa había advertido sobre un déficit de gas para 2025 que obligaría a Ecopetrol a importar alrededor de 41 GBTUD para garantizar el suministro nacional.
Sin embargo, en una reciente declaración, el Presidente de la petrolera aseguró que esta importación adicional ya no será necesaria debido a cambios internos en la empresa y a la incorporación de pequeñas cantidades de gas provenientes de nuevos pozos.
“Nueva importación de gas adicional a la que hoy hay en Spec para el año entrante no va a ser necesaria”, dijo Roa, dando a entender que el problema de suministro inmediato está bajo control, aunque advirtió sobre futuras necesidades de importación a partir de 2026.
Finalmente, queda la preocupación sobre la sostenibilidad a largo plazo, especialmente si los obstáculos en la exploración y producción continúan afectando los proyectos clave para el país.