Las reacciones a los resultados de la primera vuelta, por parte de los simpatizantes del Pacto Histórico, no son de triunfo, ni se relacionan con la victoria que algunos analistas proclives al comunismo han querido vender.
Por el contrario, son reacciones de malestar, de rabia e impotencia por la llegada a la segunda vuelta de Rodolfo Hernández. «¡Hay que meterlos a todos en una bodega y mandarles una bomba!», asegura una seguidora de Petro, mientras otra se desahoga al frente de su cámara. Toda una colección de frustraciones e incapacidad para asumir lo que, creen, será una derrota para el petrismo el próximo 19 de junio.