Las denuncias sobre las irregularidades en el Hospital General no paran. Desde que comenzó la administración de Daniel Quintero, esta entidad hospitalaria adscrita al municipio, ha sido protagonista de un sinnúmero de denuncias sobre irregularidades que van desde un cartel de la contratación, abogados y personas que con contratos externos, tienen mando al interior y ahora se habla de nóminas fantasma y paralelas.
En medio de los seguimientos de control ciudadano que viene haciendo el exconcejal y médico Bernardo Alejandro Guerra, se denunciaba como desde la Alcaldía y sus entidades, había nóminas paralelas que se fueron creando, mientras la atención mediática y de la ciudad, está opacada por el Paro Nacional.
Las alertas tempranas de Guerra, no fueron las únicas. El juicioso trabajo de control político del concejal Alfredo Ramos, advertía sobre las irregularidades puntuales en las que se programaba un desfalco al Hospital General, justamente aprovechando que el Paro nubla la visión de los organismos de control y la opinión pública está distraída.
Las denuncias de irregularidades están orientadas a la creación de nóminas paralelas y fantasmas. Las primeras, (nóminas paralelas) son contratos de personas innecesarias cuyas funciones son exactamente iguales a las que ya tienen otras personas contratadas. Es así como se contratan personas por interés político para pagar favores y en muchos casos, pedir un porcentaje de ese salario que se le paga a las personas, para que vaya a las arcas de quién ordenó su contrato. Esta práctica común, es corrupta, pues genera duplicidad de funciones y hace que el presupuesto dedicado a pagar ese trabajador, reste presupuesto para que se puedan cubrir otros rubros realmente necesarios.
La segunda práctica (nóminas fantasmas), son contratos que se hacen a personas reales que cumplen con requisitos de contratación, pero que no trabajan en la entidad. Esta práctica corrupta tiene dos vertientes, las que a través de una entidad se contrata a una persona y le pagan, pero trabaja en otras funciones, muchas veces para atender necesidades personales de quienes ordenan su contrato, o en otras entidades. La segunda vertiente en la modalidad, es que se contratan, pero esas personas solo prestan su nombre sin trabajar y entregan el dinero del sueldo a quien ordena su contrato, quedando solo con una comisión por el préstamo del nombre.
Es justo lo que tanto Bernardo Alejandro Guerra como Alfredo Ramos denuncian. Es lo que estaría ocurriendo en el Hospital General, en donde se han detectado por lo menos 8 de estos contratos paralelos y fantasmas, sobre el que la entidad guarda absoluto hermetismo y evita entregar la información solicitada. Es más, tras solicitar información por unas personas en concreto, entregaron información de otras no solicitadas solo para decir que se cumplió con el requerimiento.
Ante las evasivas el concejal del Centro Democrático Alfredo Ramos, interpuso una acción legal. Esta fue resuelta por un juez de la República en la queda razón a Ramos y ordena al Hospital General entregar la información puntual solicitada sobre las personas que se relacionaron. Pero aun así y con mandato judicial, el Hospital General se niega a entregar la información e incurren ahora en desacato, por lo que para los denunciantes es una muestra de la evidencia ante la cantidad de irregularidades que hay y lleva a preguntarse si el incumplimiento en la entrega es porque están tratando de ocultar las pruebas.
En las últimas horas, Alfredo Ramos hizo pública la lista de los nombres de las personas por las que se han solicitado información y des las que se niegan a entregar. Estas personas serían solo algunas que se han detectado que presuntamente son parte de esta nómina paralela y fantasma.
Las otras irregularidades que se evidencias y que se denuncian, es que hay personas que están contratadas que no tienen la cualificación profesional ni idónea para ocupar los cargos que ostentan. En ese sentido, la práctica que presuntamente se tiene, es la de favorecer en cargos a personas que no están preparadas para ellos, solo para que sus sueldos sean mayores, dejando de lado a quienes realmente están preparados para el cargo.
En la lista publicada por Ramos, hay varias personas sobre las que se cuestiona su certificación académica, pues serían personas con profesiones que nada tienen que ver con las funciones que desempeñan o que no tienen la experiencia necesaria para ocupar el cargo. Se advierte en esta práctica, el riesgo ante la responsabilidad que quienes son contratados, deben tener, al tratarse de una entidad de salud.
Bernardo Alejandro Guerra por su parte, denunció que además de las nóminas paralelas y fantasmas, se ha dado de manera irregular, una adición presupuestal en el Hospital General, que se hizo de manera improvisada e intempestivamente, citaron a la Secretaria de Salud Andree Uribe Montoya para lograr la aprobación de la adición al presupuesto de este año, por más de 200 mil millones de pesos.
Esta reunión que se hizo de manera irregular, según los denunciantes, hizo que no se entregaran los informes ni la información necesaria para que los miembros de la junta directiva pudieran tomar las decisiones. Como consecuencia de las irregularidades, dice Guerra, surgieron críticas y cuestionamientos por parte de miembros de la junta directiva y de la Presidente de la Asociacion de Usuarios, que forma parte de esa junta.
Es así, como no solo fueron las criticas de los miembros de la junta directiva del Hospital General, sino que al finalizar la misma reunión, se aprobó de manera irregular la adición presupuestal, llevando a que tres de los miembros de la Junta directa, entre ellos un representante de los profesionales de la salud y dos de los representantes del sector productivos que son elegidos por la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, renunciaron a sus cargos por la evidente falta de garantías y transparencia.
Lo que buscaban los miembros de junta, era poder tener la información relevante y precisa, que justificara la adición, conocer en qué se invertiría, que contratos se realizaría entre otros informes que nunca se les entregó. Es decir, se pretendió que se firmara un “cheque en blanco” por más de 200 mil millones de pesos sin que se supiera para qué. De hecho, eso fue lo que terminó pasando, pues la aprobación se dio y los miembros de junta nunca conocieron la información.
Quedó claro, tras la renuncia de los tres miembros de junta directiva, que los miembros que aprobaron la adición presupuestal a ciegas, son responsables directamente del destino que tengan esos dineros y de la falta de rigurosidad que se tuvo para aprobarlos.
Alfredo Ramos, concejal de Medellín quien realiza el control político desde la corporación, dijo que irá hasta las últimas consecuencias, porque no es posible que uno de los hospitales más queridos por los paisas, se lo roben de frente, solo aprovechando que la atención está desviada en los paros, bloqueos y el vandalismo; mientras Bernardo Alejandro Guerra advierte que las nóminas paralelas y fantasmas son un fenómeno que no solo está ocurriendo en el Hospital General sino que se ha incrementado por estos días, en más entidades del Conglomerado Público.
