La Contraloría Distrital de Medellín presentó oficialmente la Cartilla del Sistema de Gestión Antisoborno (SGAS), una herramienta pedagógica e institucional que establece directrices y mecanismos para prevenir, detectar y enfrentar posibles prácticas de soborno al interior de la entidad. La iniciativa se enmarca en la implementación de la norma internacional ISO 37001:2016, reconocida globalmente como estándar para sistemas antisoborno.
El contralor distrital, Pablo Andrés Garcés Vásquez, explicó que esta estrategia nace “en aras de fortalecer las buenas prácticas, la cultura de integridad, mejorar el desempeño de la administración y minimizar los riesgos de soborno”. Y añadió: “La Contraloría Distrital de Medellín, comprometida con una gestión eficaz, decide implementar un Sistema de Gestión Antisoborno bajo la norma internacional ISO 37001, que pretende fomentar políticas que prohíban el soborno y combatan cualquier práctica relacionada con éste al interior de los procesos y actividades propias de su quehacer institucional; promoviendo así los principios y valores éticos definidos en su Código de Integridad. En este sentido, hemos elaborado la ‘Cartilla del Sistema de Gestión Antisoborno (SGAS)’, la que con agrado remito para su conocimiento y difusión”.
La cartilla —dirigida a servidores públicos, contratistas, proveedores y ciudadanía en general— expone de manera clara qué se entiende por soborno, cómo se manifiesta, cuáles son sus riesgos y qué medidas implementa la entidad para enfrentarlo.
Entre sus principales componentes se destacan:
- La política institucional antisoborno, que prohíbe expresamente ofrecer o recibir cualquier tipo de beneficio, regalo, hospitalidad o donación que pueda interpretarse como soborno.
- Un capítulo específico sobre regulación de beneficios y trazabilidad de regalos, donaciones u hospitalidades recibidas o entregadas por funcionarios.
- La integración del SGAS al Sistema Integrado de Gestión, articulado con políticas de riesgo, contratación, integridad y atención al ciudadano.
- Definición de los roles y responsabilidades dentro del sistema, incluyendo al Comité de Integridad como instancia encargada de supervisar su cumplimiento.
- Mecanismos de debida diligencia, formación, socialización y canales de denuncia seguros y confidenciales, accesibles vía web, correo electrónico o líneas telefónicas.
- Controles financieros y no financieros, protocolos de verificación, compromisos éticos firmados y registros institucionales.
Según informaron, la cartilla resalta que el soborno es un fenómeno que “obstaculiza el desarrollo, distorsiona la competencia, aumenta los costos, disminuye la calidad de productos y servicios y socava la confianza en las instituciones”. Por ello, la Contraloría ha incorporado la gestión del riesgo de soborno desde su Política de Administración de Riesgos, y ha diseñado una Guía de Gestión de Riesgos de Soborno con enfoque en una matriz de riesgos propia.
El documento también establece parámetros para la formación continua del talento humano, incluyendo procesos de inducción, campañas de sensibilización y compromisos de conducta que deben suscribirse por parte de servidores y contratistas.