La Unión Europea dio un paso decisivo que cambia de manera sustancial el panorama migratorio para miles de colombianos. Tras meses de advertencias diplomáticas y presiones directas, el bloque comunitario incluyó a Colombia en la lista de países considerados “seguros”, una decisión que en la práctica restringe de forma severa el acceso al asilo y acelera el rechazo de solicitudes de protección internacional.
La medida, impulsada por la Comisión Europea, se produce luego de un sostenido aumento de peticiones de asilo por parte de ciudadanos colombianos, especialmente en España. En los últimos cinco años, más de 200.000 personas lograron instalarse en territorio europeo a través de este mecanismo, convirtiendo a Colombia en una de las principales nacionalidades solicitantes en la región. Sin embargo, la baja tasa de reconocimiento, apenas un 5% en 2024, fue uno de los argumentos centrales utilizados por las autoridades europeas para justificar el endurecimiento de su postura.
Colombia es ahora el único país latinoamericano en esta categoría, junto a naciones como Marruecos, Egipto o Bangladés, identificadas por la Unión Europea como grandes emisoras de migración irregular. La inclusión permite a los Estados miembros tramitar de manera acelerada las solicitudes y ejecutar con mayor rapidez las expulsiones cuando estas son negadas.
El camino hacia esta decisión estuvo marcado por presiones diplomáticas explícitas. Cancillerías como las del Reino Unido, Alemania y España advirtieron al Gobierno colombiano que, de no tomarse medidas para frenar el uso del asilo como vía migratoria, se pondría en riesgo la exención de visado. De hecho, el Reino Unido ya restableció este requisito en 2024 tras registrar un incremento en las solicitudes, aunque estas seguían siendo numéricamente reducidas.
En paralelo, el propio Gobierno colombiano desplegó campañas informativas dirigidas a sus ciudadanos, advirtiendo que el asilo no es un trámite migratorio ordinario y que solo aplica bajo supuestos muy específicos. Estas acciones buscaban contener el flujo y responder a las exigencias europeas.
España, principal destino de los solicitantes colombianos, también ajustó su política interna. Reformas recientes a la ley de extranjería cerraron vías que facilitaban la regularización a través del asilo, lo que provocó una caída abrupta en las solicitudes durante 2025.
La decisión de la Unión Europea no ha estado exenta de críticas. Expertos y legisladores advierten que clasificar a un país como “seguro” no elimina los riesgos individuales, especialmente para líderes sociales o habitantes de zonas afectadas por grupos armados. Aun así, el bloque sostiene que la población colombiana no enfrenta persecución generalizada y que existen alternativas de reubicación interna.
Con esta determinación, Europa redefine su relación migratoria con Colombia y cierra una puerta que durante años fue vista por muchos como una salida frente a la inseguridad y la falta de oportunidades.
