ProBogotá Región advirtió que el aumento sostenido del precio del gas natural y el riesgo de desabastecimiento están generando efectos directos sobre el costo de vida en Bogotá y podrían incidir en la operación del sistema de transporte masivo, en particular TransMilenio.
La fundación señaló que esta situación impacta a los hogares, al comercio y a la actividad industrial del interior del país. De acuerdo con el análisis presentado, una parte relevante del sistema de transporte de la capital depende del gas natural.
En total, 2.143 buses de TransMilenio operan con este combustible, lo que equivale a cerca del 20% de la flota del Sistema Integrado de Transporte Público. Para ProBogotá, cualquier variación significativa en el precio del gas se refleja de manera inmediata en los costos operativos del sistema, lo que presiona su sostenibilidad financiera y abre la posibilidad de ajustes en la tarifa que pagan los usuarios.
La fundación explicó que entre 2021 y 2025 el precio promedio del gas se triplicó, como resultado de una menor oferta nacional, el aumento de las importaciones y una mayor dependencia del interior del país de fuentes ubicadas en zonas alejadas. Según ProBogotá, este escenario encarece servicios básicos, incrementa los costos de producción y afecta la competitividad de la ciudad. En su evaluación, si no se adoptan medidas, el impacto económico recaerá directamente sobre los ciudadanos.
El documento también expone que Colombia atraviesa una tensión energética sin precedentes recientes. Las reservas probadas de gas han disminuido 45% desde 2018 y varios de los principales campos presentan una reducción acelerada de su producción. ProBogotá estima que el país enfrentará un déficit estructural de gas a partir de este año, con una brecha que alcanzaría 117 millones de pies cúbicos diarios en 2026, 224 millones en 2027 y 260 millones en 2029.
En este contexto, Bogotá y otras regiones del interior ya dependen parcialmente del gas importado a través de Cartagena, cuyo costo es superior por la distancia y por el esquema tarifario vigente. La fundación indicó que esta presión también afecta a la industria, que consume cerca del 27% del gas nacional. Ante el encarecimiento, algunas empresas han optado por sustituir el gas por diésel u otros combustibles, con efectos en costos y procesos productivos.
ProBogotá recordó que desde 2024 TransMilenio había advertido a la Comisión de Regulación de Energía y Gas y al Ministerio de Minas y Energía sobre la dificultad para asegurar el suministro. Los contratos de gas para los buses vencieron en noviembre de 2025 y no fueron renovados debido a la escasez, lo que obliga a considerar gas importado, con mayores costos operativos. Frente a este panorama, la empresa solicitó priorizar al transporte público en la asignación del combustible.
Desde el Gobierno nacional, el Ministerio de Minas y Energía señaló que no existe riesgo de desabastecimiento de gas natural vehicular. Según la entidad, la información del Gestor del Mercado de Gas Natural indica que el balance preliminar de oferta y demanda cubriría más del 98 % de la demanda proyectada para 2026.
