En un fallo emitido durante la segunda semana de diciembre, el tribunal internacional de arbitramento exoneró al Consorcio CCC Ituango, conformado por Camargo Correa, Conconcreto y Coninsa, de cualquier responsabilidad en el colapso de la galería auxiliar de desviación que provocó la emergencia en Hidroituango en abril de 2018.
El proceso arbitral, iniciado por el consorcio en 2021, buscaba resolver las diferencias contractuales relacionadas con la construcción de la galería, en un contexto marcado por denuncias y acusaciones de presuntas irregularidades. Según el tribunal, las pruebas y argumentos presentados demostraron que el consorcio actuó “no solamente de buena fe, sino de forma diligente y acorde con las buenas prácticas de la ingeniería”.
El colapso de la galería en 2018 generó una de las mayores crisis en la historia del megaproyecto hidroeléctrico y llevó a la aseguradora Mapfre a activar el seguro todo riesgo asociado a la contingencia. Sin embargo, la controversia se intensificó en 2021, cuando el entonces alcalde de Medellín, Daniel Quintero, presentó una demanda de $9,9 billones contra los contratistas. Según Empresas Públicas de Medellín (EPM), los contratistas habrían modificado diseños originales y utilizado materiales de menor calidad, lo que supuestamente contribuyó al desastre.
Ese mismo año, la Procuraduría General de la Nación intentó mediar para alcanzar una conciliación entre EPM y el consorcio, pero las negociaciones no prosperaron. Ante este escenario, el consorcio activó una cláusula de arbitraje, justificando su decisión por la presencia de un socio extranjero y la necesidad de un proceso técnico e imparcial.
El fallo favorable al consorcio motivó un comunicado de Conconcreto, en el que destacó “el rigor técnico y jurídico con el que se llevó a cabo este proceso, que contó con la participación de reconocidos expertos en el ámbito de la ingeniería”. Además, la constructora subrayó que el consorcio superó los desafíos “inéditos en ingeniería” para garantizar la finalización de la primera fase del proyecto, a pesar de las dificultades.
Conconcreto también resaltó que la central hidroeléctrica más grande de Colombia, operada actualmente por EPM, se ha consolidado como un elemento clave para la confiabilidad energética del país gracias al compromiso técnico, humano, social y ambiental del consorcio.
Finalmente, el comunicado enfatizó que los problemas enfrentados fueron completamente ajenos a la voluntad del consorcio y reafirmó que este siempre actuó con responsabilidad y profesionalismo.