En las últimas horas la Superintendencia de Salud negó la solicitud que hiciera en su momento la EPS Sura para salir de manera organizada y escalonada del sistema de salud colombiano, como ya lo había adelantado IFMNOTICIAS en septiembre pasado.
La reciente decisión de la Superintendencia enciende el debate sobre la viabilidad financiera y operativa del modelo de aseguramiento en Colombia. Más allá de la medida puntual, el caso de Sura pone en evidencia los graves problemas estructurales que enfrenta el sistema, sumido en una desfinanciación crónica y presionado por un modelo que parece estar llegando a su límite y la negligencia del gobierno para encontrar salidas a la crisis.
Una solicitud enmarcada en una crisis financiera
El pasado 28 de mayo, EPS Sura, una de las aseguradoras más grandes del país, con más de 5.4 millones de afiliados, solicitó a la Supersalud un retiro ordenado del sistema. En su solicitud, Sura expuso una compleja situación financiera que la llevó a acumular pérdidas netas por más de 360 mil millones de pesos entre 2022 y 2023. Según las proyecciones, las pérdidas podrían superar los 500 mil millones en 2024.
Juana Francisca Llano, presidenta de Suramericana, explicó que el principal problema radica en la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que se ajusta anualmente para cubrir los costos de los servicios de salud. Sin embargo, Sura aseguró que su índice de siniestralidad, es decir, el gasto necesario para garantizar los servicios, alcanzaba el 102% respecto a la UPC, dejando un déficit insostenible.
“La problemática nos supera como compañía”, afirmó Llano, dejando en claro que la situación no es solo responsabilidad de Sura, sino del diseño estructural del sistema de salud colombiano.
La respuesta de la Supersalud
Pese a la contundencia de los argumentos financieros presentados por Sura, la Supersalud rechazó su solicitud, argumentando que permitir su salida pondría en riesgo el acceso a la salud de millones de colombianos. “Basados en el estudio técnico de dicha solicitud fundamentado en el riesgo sistémico, entre otros, se decide negar el retiro del sistema de dicho asegurador y, en su lugar, se acordó con Sura EPS continuar trabajando en mesas técnicas”, señaló la entidad en un comunicado.
El objetivo, según la Supersalud, es garantizar la continuidad en la prestación de servicios y proteger el derecho fundamental a la salud de los afiliados, mientras se buscan soluciones conjuntas para abordar la crisis financiera de la EPS.
El trasfondo de la crisis
El caso de Sura no es aislado. Varias EPS han denunciado problemas financieros similares, lo que pone de manifiesto las fallas estructurales del sistema. Entre los principales factores se destacan:
1. Insuficiencia en los ajustes de la UPC: Las aseguradoras reciben un monto fijo por cada afiliado para cubrir sus gastos, pero este valor no compensa el crecimiento de los costos en salud, especialmente en tratamientos de alta complejidad.
2. Incremento en la siniestralidad: La creciente demanda de servicios de salud, combinada con problemas en la red de prestación, ha generado un aumento en los costos que supera los ingresos de las EPS.
3. Fallas en la gestión de recursos: Aunque muchas EPS han señalado problemas estructurales del sistema, los críticos argumentan que también hay deficiencias en la administración de estas entidades, que no han optimizado sus procesos para enfrentar la crisis.
¿Qué sigue para EPS Sura y el sistema de salud?
La negativa de la Supersalud no cierra la puerta a una reestructuración del modelo, pero obliga a Sura a permanecer en el sistema mientras se buscan soluciones en las mesas técnicas. Sin embargo, este caso plantea preguntas de fondo:
• ¿Qué medidas estructurales se necesitan para evitar el colapso financiero de las EPS?
• ¿Es sostenible el actual modelo de aseguramiento con las condiciones económicas y sociales del país?
• ¿Cómo garantizar que los pacientes no sean los principales afectados en esta crisis?
Análisis y posibles escenarios
La decisión de la Supersalud refleja la delicada posición del gobierno frente a la crisis del sistema. Permitir la salida de Sura habría generado un impacto significativo en la red de atención, pero mantener a la EPS operando en pérdidas podría agravar aún más su situación.
Expertos señalan que el caso de Sura es un síntoma de un problema mayor: un sistema diseñado para ser autosostenible que no está respondiendo a las demandas actuales. La discusión sobre una reforma integral al sistema de salud es ineludible y debe abordar no solo la financiación, sino también la eficiencia en la prestación de servicios y la regulación de las EPS.
Dentro de los escenarios están las dudas si el gobierno tomará decisiones radicales para garantizar que EP surá no busque otros mecanismos para abandonar el sistema el temor de muchos está en la manera en cómo ha procedido el gobierno en diferentes momentos lo que deja al aire el fantasma de la intervención o que sería un error que complicaría aún más la crisis del sector.
Otro de los escenarios está marcado por lo que según expertos, podría ser un intento de Sura por buscar otro tipo de propuestas que puede involucrar el proponerle vender la EPS, al gobierno o a otros interesados.
El futuro de Sura y de otras EPS en crisis dependerá de las decisiones que se tomen en las mesas técnicas y del compromiso del gobierno para enfrentar los problemas estructurales del sistema. Mientras tanto, millones de colombianos están a la espera de soluciones que garanticen su acceso a servicios de salud de calidad, sin ser víctimas de una disputa que parece estar lejos de resolverse.