La historia tiene una curiosa forma de pasar factura, y en esta ocasión, un trino de Gustavo Petro en el año 2020 le ha vuelto como un bumerán, reflejando precisamente lo que muchos sectores denuncian sobre su actual gobierno.
El trino, publicado por el entonces senador y líder de la Colombia Humana, afirmaba sin tapujos: “Si el Presidente se hizo elegir con dineros del narco comprando votos, es ilegítimo”. Hoy, esta declaración parece describir perfectamente las acusaciones que giran en torno a su elección presidencial en 2022.
Petro, quien hizo de la denuncia contra la corrupción y el establecimiento político una de sus banderas, se enfrenta ahora a serias acusaciones que lo dejan en una posición comprometida.
En aquel trino, no solo declaraba la ilegitimidad de un Presidente financiado con dineros oscuros, sino que también defendía la desobediencia civil como una forma de resistencia no violenta frente a la ilegalidad en el poder. ¿Qué diría hoy el presidente Petro de aquel Petro del pasado?
¿Un presidente ilegítimo?
Las denuncias sobre presuntas violaciones a los topes de financiación de la campaña presidencial de Gustavo Petro han sacudido el panorama político colombiano.
Diversos sectores acusan al mandatario de haber financiado su campaña con dineros de origen dudoso, y la sombra de la ilegitimidad que él mismo denunció en 2020 ahora parece verse reflejada sobre su administración.
Petro, quien siempre ha sido un férreo crítico del sistema y de la corrupción, se enfrenta a la ironía de verse acusado de las mismas prácticas que alguna vez condenó.
En su trino, el hoy mandatario de los colombianos también afirmaba que “la institucionalidad se mancha con la ilegitimidad no con la denuncia”, una frase que resuena con fuerza en el contexto actual.
La desobediencia civil: ¿una salida para la crisis?
En el mismo trino, Petro alienta la desobediencia civil como una forma de resistencia no violenta frente a la ilegitimidad. Aunque en ese momento se refería a su crítica al gobierno de turno, las circunstancias actuales han llevado a algunos a preguntarse si esa misma lógica podría aplicarse a su mandato.
Sectores de la oposición sugieren que, si las investigaciones confirman las irregularidades en la financiación de la campaña de Petro, se justificaría una desobediencia civil en su contra, tal como él propuso en su momento.
Lo cierto es que, Gustavo Petro, que hizo de su oposición a gobiernos anteriores su principal argumento, ahora se enfrenta a su propia retórica. Su trino de 2020, en el que denunciaba la ilegitimidad de un presidente financiado con dineros dudosos, resuena hoy con una fuerza especial.
