San Chárbel es el santo al que el neurocirujano Fernando Hakim ha confiado la recuperación del senador y precandidato Miguel Uribe, tras el atentado que sufrió recientemente. Su familia también ha pedido su intercesión, acudiendo a él como al patrono de las causas difíciles y de las peticiones urgentes.
A este santo libanés se le reza en silencio, entre pasillos de hospitales, en altares improvisados de casas humildes o en medio de oraciones cargadas de fe. San Chárbel Makhlouf no alza la voz ni obra milagros grandilocuentes. No multiplica panes, no lleva capa ni corona. Pero, según quienes creen en él, donde pasa, los monitores se apagan suavemente y los corazones, que parecían rendidos, deciden quedarse un día más.
Desde su muerte en 1898 en el monasterio de Annaya, San Chárbel ha cruzado fronteras religiosas, médicas y geográficas. De hábito negro y mirada enigmática, sus milagros —dicen sus devotos— no buscan titulares, pero sí transforman vidas. Son silenciosos, profundamente humanos, y muchas veces inexplicables.
En medio de la investigación médica y los testimonios que surgen a raíz del estado de salud de Miguel Uribe, han salido a la luz diez hechos impactantes sobre este santo. Algunos ya son conocidos por sus devotos; otros apenas comienzan a divulgarse. No destacan por su espectacularidad, sino por lo que revelan sobre la vida, la muerte y ese delgado hilo de fe que, en momentos críticos, lo sostiene todo.
1. El cadáver que no se pudrió y lloró sangre
San Chárbel fue enterrado, sin caja especial, en un nicho de piedra. A los pocos años, lo exhumaron y su cuerpo seguía incorrupto. Pero lo más desconcertante era lo otro: exudaba un líquido rojizo, espeso, como sangre viva. No una vez. No un día. Durante décadas. Un médico que lo estudió dijo: “es como si no quisiera irse del todo”.
2. La mujer que fue operada en sueños
Nohad El Shami, una mujer libanesa con parálisis parcial, soñó que San Chárbel la visitaba y le hacía una incisión en el cuello. Al despertar, no solo caminaba: tenía dos cicatrices reales, como de bisturí, y ninguna explicación médica. Hoy, ella misma cuenta su historia, en su casa convertida en santuario.
3. Un niño que sanó en Argentina con una estampita
En Córdoba, una madre pegó una imagen de San Chárbel en la cuna de su hijo con parálisis cerebral severa. El niño comenzó a mover los pies. Luego las manos. Al mes, caminaba. Los médicos no supieron qué decir. Ella sí: “Fue él. El del hábito negro”.
4. Un santo más allá de las religiones
No son solo cristianos los que lo invocan. En hospitales de Siria y Egipto, musulmanes le prenden velas. No lo ven como un “santo”, sino como un “hombre de Dios”. Para ellos, su túnica negra no divide: une.
5. Milagros con expediente clínico
En el Vaticano, hay más de 29 milagros reconocidos oficialmente. Todos con documentación médica rigurosa: antes y después, placas, diagnósticos, exámenes. No hay poesía ahí, solo ciencia desconcertada.
6. Un faro que brilló desde la tumba
En mayo de 1950, una luz intensa emergía del sepulcro de San Chárbel. No una noche. Cuarenta y cinco. Campesinos, soldados, periodistas y médicos vieron la misma escena. Algunos la fotografiaron. Otros lloraron. Los más escépticos, también.
7. Curaciones que desafían la estadística
Cánceres terminales que desaparecen. Tumores que se disuelven sin tratamiento. Miles de casos documentados han sido reportados por médicos de Colombia, México, Francia, Estados Unidos y Líbano. Las cartas llegan a Annaya cada semana. Las gracias no se detienen.
8. El visitante invisible de los hospitales
Doctores y enfermeras han reportado la presencia de un hombre vestido de negro, con rostro sereno, que aparece en salas de emergencia. Muchos no sabían quién era hasta que alguien les mostró su imagen. “Es él, sin duda”, responden ¿Alucinación? ¿Presencia? Cada quien elige cómo lo nombra.
9. Una presencia constante en sueños y visiones
Personas que jamás habían escuchado de él afirman haberlo visto en sueños, justo antes de sanar. Algunos lo ven en una ermita, otros en un jardín, otros más en una sala blanca donde les habla sin mover los labios. Las visiones coinciden… aunque los soñadores vivan en distintos continentes.
10. Un corazón que aún late simbólicamente
En su última exhumación, su corazón estaba flexible, como si todavía albergara vida. Los monjes no lo exponen. No lo presumen. Solo lo cuidan. Como se cuida algo que aún no ha terminado su misión.
San Chárbel es el santo al que se le pide el milagro de que el senador Miguel Uribe resista y salga victorisoso, luego de llevar dos largas semanas en la Fundación Santa Fe en cuidados intensivos.
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