El presidente de Colombia, Gustavo Petro, completa más de 72 horas sin apariciones públicas ni pronunciamientos oficiales, generando inquietud en el país. La última actividad registrada fue su convocatoria a las movilizaciones del pasado miércoles 29 de mayo, tras lo cual cesó toda aparición pública y sunúltoma comunicación a través de su cuenta oficial en X, fue hace más de.dos días. La alerta se completó cuando Petro no asistió a los eventos públicos programados, incluido un encuentro de jefes de Estado al que estaba citado en Montería.
La ausencia ha despertado preocupación no solo en círculos políticos sino también en la ciudadanía. Petro, conocido por su constante presencia en redes sociales y su participación activa en los debates públicos, ha dejado un inusual vacío de comunicación. Su perfil de X, usualmente prolífico en mensajes diarios, permanece inactivo desde el pasado miércoles, y solo se ven tímidos reposteos de trinos de medios de comunicación, marcando un cambio abrupto en su patrón de comportamiento.
La falta de explicaciones oficiales por parte de la Casa de Nariño ha alimentado el desconcierto. Hasta el momento, ningún vocero presidencial ha informado sobre su agenda, estado de salud o razones de su desaparición, lo que ha provocado interrogantes sobre la conducción del gobierno en su ausencia.
Este episodio se suma a antecedentes de inasistencia del mandatario a compromisos oficiales, varios de los cuales han sido objeto de discusión pública. En el pasado, ya se han producido momentos en que el presidente ha estado temporalmente ausente sin previo aviso. Sin embargo, la actual situación adquiere mayor gravedad debido a su duración y al contexto político, marcado por una movilización que no tuvo el impacto esperado.
A esto se añade el contexto generado por las recientes declaraciones del ex canciller Álvaro Leyva, quien en entrevistas recientes cuestionó la estabilidad del presidente, mencionando presuntas situaciones personales como la adicción a las drogas que, aunque no confirmadas oficialmente, han dado lugar a nuevos llamados de transparencia por parte de líderes de oposición y sectores del periodismo nacional.
La pregunta que muchos se hacen ahora es clara: ¿quién está gobernando Colombia? Mientras el país enfrenta desafíos sociales, económicos y políticos, la ausencia del jefe de Estado sin explicación oficial deja al gobierno en una posición de debilidad institucional y afecta la confianza en la estabilidad del Ejecutivo.
A la espera de una respuesta clara desde la Presidencia, el país permanece en vilo.
