Muy sonrientes lucieron ante las cámaras el nuevo ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, el nuevo director de la Dian Luis Carlos Reyes, y congresistas de la bancada parlamentaria de la coalición, en la presentación ante los medios de la nueva Reforma tributaria.
Muchos, se preguntarán, ¿por qué tanta premura del gobierno por poner en vigencia una nueva Reforma que avanza agresivamente contra los bolsillos de la clase media y trabajadora del país? Siendo una de las promesas de campaña, de que el país iba a vivir sabroso, en palabras de la señora vicepresidente.
Aunque la mejor política pública es aquella que facilita el poder adquisitivo de la gente, o dicho de otro modo, la que no empobrece a la gente, el gobierno insiste en su empeño por cobrar impuestos e imperdonar evasión y elusión generando así carga fiscal para el país, en diferentes formas.
Sin embargo; la gente entenderá que este proceso de la creación de la ley tiene sus fases, pues bien, a falta de los cuatro debates mínimos de rigor, el legislativo tendrá sólo 3.
Por orden del gobierno que tiene las mayorías, se pretende entonces hacer lo más rápido posible su aprobación, lo que se denomina técnicamente, que el proyecto de reforma viene “Con mensaje de urgencia”.
En consecuencia, en sólo tres debates, el órgano ejecutivo y bancadas quieren saltar todo el trabajo legislativo de una anualidad, para que el próximo año fiscal 2023 comience con recaudo y grandes dificultades para los más necesitados.
Para la opinión pública; el gobierno y sus ministros dejan la pregunta en el aire, si son millones de colombianos los necesitados, quienes con los nuevos impuestos van a ver tremendamente afectados sus bolsillos y su seguridad alimentaria en un gobierno “progresista; entonces funcionarios, ministros y congresistas en la foto, ¿de qué tanto se ríen?
