Anteriormente los teléfonos públicos era el único medio de comunicación a distancia con el que podía contar la población, las personas hacían filas para esperar por su turno y poder comunicarse con sus seres queridos o realizar sus diligencias. Esto era posible al insertar una moneda y realizar la marcación de otro teléfono, pero con el paso de los años junto con la evolución y la era digital, los teléfonos públicos fueron quedando a un lado, las personas ahora cuentan con sus respectivos teléfonos celulares y normalmente no son utilizados los teléfonos públicos de manera frecuentemente.
La mayor parte de los teléfonos públicos en el Valle de Aburrá funcionan con monedas, hay un aproximado de 8.102 teléfonos, de los cuales 6.666 estarían en Medellín. Por cada minuto de comunicación, el sistema cobra $100 al usuario, pero es posible que la llamada salga más cara, el teléfono no devuelve lo restante. Es decir, si el ciudadano introduce una moneda de $500 y habla solo dos minutos, el aparato no le regresa los $300 que, en teoría, le sobran.
Los teléfonos sin moneda, únicamente se encuentran en barrios de estrato 1 y en sectores rurales (corregimientos) y solo permiten llamadas a teléfonos fijos dentro del Aburrá.
A parte de este servicio, también se encuentran los minuteros, que es un servicio que en la actualidad es utilizado más frecuentemente que las cabinas telefónicas, pues estos “minuteros” se encuentran en tiendas, barrios y parques principales de pueblos y municipios. Los «minuteros» también se encuentran en entradas del Metro de Medellín en el Valle de Aburrá, y cobran al rededor de $300 pesos el minuto. Actualmente es mas utilizado este servicio que acudir a llamar a los teléfonos públicos.