En la madrugada de este viernes, Israel lanzó una ofensiva militar directa contra instalaciones clave del programa nuclear, misiles y estructura militar de Irán. Según reportes oficiales y medios estatales iraníes, los ataques habrían causado la muerte de altos mandos militares, científicos nucleares y asesores estratégicos del régimen iraní.
Israel declaró estado de emergencia especial, cerró su espacio aéreo, suspendió actividades escolares y prohibió reuniones públicas, mientras moviliza a “decenas de miles” de reservistas, anticipando una posible respuesta militar de Irán.
Horas después del ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel informaron que Irán lanzó más de 100 drones en dirección a su territorio, los cuales están siendo interceptados fuera de sus fronteras.
El líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, advirtió que Israel enfrentará un “castigo severo” y señaló que tanto Estados Unidos como Israel “pagarán caro”. No obstante, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, afirmó que su país no participó en la operación y que Israel había notificado previamente su decisión bajo el argumento de legítima defensa.
En un mensaje televisado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que la operación, denominada “León en pie», tuvo como objetivo “desarticular la amenaza existencial que representa el programa nuclear iraní”. Indicó que los blancos incluyeron la principal planta de enriquecimiento en Natanz, científicos clave del programa atómico y capacidades balísticas.
Explosiones fueron registradas en varios puntos de Teherán, y videos geolocalizados muestran columnas de humo y fuego en diversos sectores de la capital iraní. La autoridad de aviación civil iraní confirmó el cierre total del espacio aéreo del país.
La situación podría marcar un punto de inflexión en el conflicto regional y riesgos de una confrontación regional más amplia.
Expertos han advertido durante años que un ataque directo al programa nuclear iraní podría desencadenar represalias de gran escala y afectar la estabilidad del Medio Oriente. Actualmente, Estados Unidos mantiene cerca de 40.000 tropas en la región, incluyendo 4.000 en Irak y Siria.
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