Las fuerzas estadounidenses que ayudan a evacuar a los afganos desesperados por huir del régimen talibán estaban en alerta por más ataques el viernes después de que al menos un atacante suicida del Estado Islámico mató a 85 personas, incluidos 13 soldados estadounidenses fuera de las puertas del aeropuerto de Kabul.
Dos explosiones y disparos sacudieron el área fuera del aeropuerto el jueves por la noche, dijeron testigos. Un video filmado por periodistas afganos mostró decenas de cuerpos esparcidos alrededor de un canal en el borde del aeropuerto.
Un funcionario de salud y un funcionario talibán dijeron que el número de afganos muertos había aumentado a 72, incluidos 28 miembros del Talibán, aunque un portavoz talibán negó más tarde que alguno de sus combatientes que custodiaban el perímetro del aeropuerto hubiera muerto.
El ejército estadounidense dijo que 13 de sus miembros en servicio murieron y 18 resultaron heridos en lo que describió como un ataque complejo.
Estado Islámico (ISIS), enemigo de los talibanes islamistas y de Occidente, dijo que uno de sus terroristas suicidas tenía como objetivo “traductores y colaboradores del ejército estadounidense”.
No estaba claro si los terroristas suicidas detonaron ambas explosiones o si una fue una bomba colocada. Tampoco estaba claro si hombres armados de ISIS participaron en el ataque o si los disparos que siguieron a las explosiones fueron guardias talibanes disparando al aire para controlar a las multitudes.
Los funcionarios estadounidenses prometieron represalias.
El general Frank McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, dijo que los comandantes estadounidenses estaban atentos a más ataques del Estado Islámico, incluidos posiblemente cohetes o coches bomba contra el aeropuerto.
“Estamos haciendo todo lo posible para estar preparados”, dijo, y agregó que se estaba compartiendo información de inteligencia con los talibanes y que él creía que “algunos ataques han sido frustrados por ellos”.
Las fuerzas estadounidenses se apresuran a completar su retirada de Afganistán antes de la fecha límite del 31 de agosto establecida por el presidente Joe Biden. Dice que Estados Unidos logró hace mucho tiempo su razón fundamental para invadir el país en 2001: erradicar a los militantes de Al Qaeda y evitar una repetición de los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos ese año.
Biden dijo que había ordenado al Pentágono que planificara cómo atacar a ISIS-K, el afiliado del Estado Islámico que se atribuyó la responsabilidad.
“No perdonaremos. No olvidaremos. Te perseguiremos y te haremos pagar”, dijo Biden durante los comentarios televisados desde la Casa Blanca.
‘MUY RUDO’
Un video tomado después del ataque mostró cadáveres en un canal de aguas residuales junto a la valla del aeropuerto, algunos fueron sacados y depositados en montones mientras civiles lloraban buscando a sus seres queridos.
“Vi cuerpos y partes de cuerpos volando en el aire como un tornado soplando bolsas de plástico”, dijo un testigo afgano. “Esa pequeña agua que fluía por el canal de alcantarillado se había convertido en sangre”.
Los guardias talibanes bloquearon el acceso al aeropuerto el viernes, dijeron testigos. “Tuvimos un vuelo, pero la situación es muy difícil y las carreteras están bloqueadas”, dijo un hombre en una carretera de acceso al aeropuerto.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, dijo que la amenaza de ataques aumentaría a medida que las tropas occidentales se acercaran a completar el enorme puente aéreo y partir.
“La narrativa siempre será, cuando nos vayamos, ciertos grupos como ISIS querrán reclamar que han expulsado a los EE. UU. O el Reino Unido”, dijo Wallace a Sky News. También prometió actuar contra ISIS dondequiera que se manifieste.
ISIS-K se limitó inicialmente a áreas en la frontera con Pakistán, pero ha establecido un segundo frente en el norte del país. El Centro de Lucha contra el Terrorismo en West Point dice que ISIS-K incluye a paquistaníes de otros grupos militantes y extremistas uzbecos además de afganos. Lee mas
Los países occidentales temen que los talibanes, que una vez protegieron a Al Qaeda de Osaka bin Laden antes de que fuera derrocada del poder por la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, permitan que Afganistán se convierta nuevamente en un refugio para los militantes. Los talibanes dicen que no permitirán que los terroristas utilicen el país.
Estados Unidos continuará con las evacuaciones a pesar de la amenaza de nuevos ataques, dijo McKenzie, y señaló que todavía hay alrededor de 1.000 ciudadanos estadounidenses en Afganistán.
El ritmo de los vuelos se aceleró el viernes y los titulares de pasaportes estadounidenses pudieron ingresar al recinto del aeropuerto, según un funcionario de seguridad occidental dentro del aeropuerto.
En los últimos 12 días, los países occidentales han transportado por aire a casi 100.000 personas. Pero reconocen que miles se quedarán atrás cuando las últimas tropas estadounidenses se vayan a fin de mes.
Crecen las preocupaciones de que la población restante enfrentará una crisis humanitaria con la propagación del coronavirus y la escasez de alimentos y suministros médicos que se avecina.
La Organización Mundial de la Salud dijo que esperaba establecer un puente aéreo hacia la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif con la ayuda de las autoridades paquistaníes para conseguir suministros médicos.
