Una tierna imagen de un niño que se acerca a darle la bendición a los policías que se disponen a cumplir con su labor de garantizar la seguridad durante las marchas de ayer en Bogotá, llama la atención por el nivel de bondad y cariño que deposita sobre los uniformados.
Mientras que un grupo de personas se reunieron para darles un refrigerio a los policías antimotines, de la nada sale un niño que se acerca y comienza a bendecir a los uniformados santiguándolos.