En un hecho sin precedentes, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), una de las instituciones más grandes y con mayor presupuesto del país, ha anunciado que se quedará sin servicio de internet durante al menos dos semanas en el mes de noviembre debido a una “transición digital”.
Es importante indicar que este corte afectará no solo a los estudiantes, sino también a educadores, funcionarios y diversos usuarios que dependen de las plataformas digitales para cumplir con sus actividades diarias, algo que genera preocupación por la falta de previsión en una entidad que maneja miles de millones en recursos públicos.
La noticia ha despertado indignación entre la comunidad educativa y los trabajadores del SENA, quienes consideran inadmisible que una institución de esta magnitud no haya previsto una solución que garantice la conectividad durante el proceso de transición digital. “Es inaudito que, en pleno 2024, no se cuente con un sistema de respaldo para evitar la desconexión de todos los usuarios”, comenta una fuente interna de la entidad, quien prefirió permanecer en el anonimato.
Esta misma fuente denuncia que el problema de conectividad es solo la punta del iceberg en una cadena de irregularidades dentro de la institución. “Estuvimos casi tres meses en el proceso de certificación de competencias laborales sin aplicativo, lo que complicó aún más el acceso y aumentó la deserción de los participantes. A esto se suma la falta de viáticos para atender a las poblaciones alejadas. Yo llevo casi 14 años en el SENA y jamás había visto una situación como esta”, asegura la fuente.
Impacto en la educación y en la gestión institucional
El corte de internet representa una seria afectación para los programas formativos que dependen de herramientas digitales, en especial para aquellos en modalidad virtual, que requieren acceso continuo a las plataformas de aprendizaje. Los estudiantes que están próximos a presentar exámenes, culminar módulos o acceder a contenidos en línea se verán obligados a detener su avance académico, afectando gravemente su proceso educativo.
Asimismo, los educadores se ven limitados en su capacidad para desarrollar y supervisar las actividades formativas, y el personal administrativo se encontrará impedido para gestionar solicitudes, certificados y procesos internos de la entidad. Esta situación, que podría haberse previsto con una inversión en soluciones de contingencia, refleja, según varios analistas y usuarios, una preocupante falta de planificación.
Falta de previsión y posibles sanciones
El anuncio de esta desconexión de internet ha generado cuestionamientos sobre la capacidad de la administración actual del SENA para planificar adecuadamente el manejo de su infraestructura digital. Con el presupuesto que maneja la entidad, y dada su relevancia nacional, resulta cuestionable que no se haya contemplado la implementación de un sistema de respaldo que permita mantener la conectividad.
La situación ha generado un llamado a los organismos de control para que realicen una auditoría detallada sobre el manejo de los recursos y la planificación de esta transición digital en el SENA.
La Contraloría y la Procuraduría, encargadas de velar por la correcta gestión de los recursos públicos y el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos, deberán evaluar las condiciones que llevaron a esta desconexión y las posibles responsabilidades de los directivos.
Para muchos, este es solo un capítulo más en una serie de incidentes que han venido afectando la eficiencia y transparencia del SENA en los últimos tiempos. La falta de aplicaciones adecuadas, el incumplimiento en los pagos de viáticos y la deserción en programas importantes como el de certificación de competencias laborales generan una creciente preocupación en torno al futuro de la entidad y su compromiso con la educación técnica en Colombia.