La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, comenzó este martes a cumplir una condena de seis años de prisión por cargos de corrupción, luego de que la Corte Suprema del país ratificara la sentencia en su contra la semana pasada.
La decisión judicial ha generado una intensa reacción política en Argentina, con manifestaciones y protestas por parte de sus simpatizantes.
Aunque inicialmente se contempló su ingreso a una cárcel común, el juez a cargo del caso autorizó que la exmandataria cumpla la pena bajo la modalidad de prisión domiciliaria. Fernández de Kirchner, de 72 años, permanecerá en su apartamento en el barrio Constitución de Buenos Aires, donde deberá portar un brazalete electrónico que controle sus movimientos.
La resolución judicial estableció además que deberá abstenerse de adoptar comportamientos que alteren la convivencia pacífica en el vecindario.
La exmandataria peronista fue condenada por administración fraudulenta en contratos de obra pública durante su gobierno, particularmente en la provincia de Santa Cruz. El fallo anula su intención de postularse como diputada por Buenos Aires, una candidatura que, según sus críticos, habría buscado garantizarle fuero parlamentario.
Figura central de la oposición al actual presidente Javier Milei y referente de la izquierda argentina, Fernández de Kirchner cuestionó la imparcialidad del Poder Judicial.
Desde que se conoció la decisión de la Corte Suprema, simpatizantes de la exmandataria han mantenido una vigilia constante frente a su residencia, a pesar de las bajas temperaturas del invierno austral.
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