La situación energética en Colombia está en su punto más crítico, ahora con un posible aumento constante en las tarifas de energía y gas domiciliario, los colombianos tendrán que enfrentar un nuevo desafío, un incremento del 15% adicional en las tarifas de gas debido a la importación de este recurso a partir de noviembre.
Este escenario generó preocupación entre los consumidores, que ven cómo sus bolsillos se ven cada vez más golpeados por los costos de servicios esenciales.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), hasta septiembre, los precios de la energía en Colombia subieron en promedio un 12,9%.
Esta escalada ha afectado tanto a hogares como a industrias, obligando a reajustar presupuestos para cubrir estos servicios vitales. En cuanto al gas domiciliario, el incremento ya alcanza un 9%, poniendo en riesgo la estabilidad económica de miles de familias, lo que lleva a plantearse el uso de este servicio en el hogar.
El panorama empeora con la inminente necesidad de importar gas natural. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), la entrada de gas importado podría incrementar los precios en un 15%, golpeando de nuevo a los usuarios que dependen de este recurso para necesidades tan básicas como la cocina o la calefacción del agua.
A esta tormenta económica se suma un posible racionamiento. El Ministerio de Minas y Energía emitió en los últimos días un proyecto de resolución que ordenaría el racionamiento programado de gas en el Caribe colombiano del 31 de octubre al 4 de noviembre.
Esto, según la directora ejecutiva de Asoenergía, Sandra Fonseca, responde a los mantenimientos en la planta rectificadora Spec en Cartagena. «Tal como lo advertimos, el racionamiento es una realidad», señaló Fonseca, advirtiendo sobre las graves consecuencias que esta medida tendrá para el sector energético e industrial.
Un mercado en crisis y la falta de ajustes
La situación actual no solo se debe a las importaciones. Sandra Fonseca fue clara en que parte del problema se originó por la falta de ajustes en los mecanismos de indexación de precios.
Según la presidenta de Asoenergía, los usuarios están pagando un 15% más de lo que deberían, debido a la no aplicación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en la tarifa de energía. «Esto no habría pasado si se hubiera ajustado el indexador», afirmó.
Mientras tanto, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, asegura que no habrá escasez de gas ni de energía en el país, y que se están tomando medidas para garantizar el suministro.
Sin embargo, Camacho también reconoció que algunos agentes del mercado podrían estar acaparando más gas del que realmente necesitan, lo que ha contribuido al alza de los precios. Aunque esta práctica no es ilegal, el impacto en los costos que deben asumir los colombianos es evidente.
La crisis del gas es real y está aquí para quedarse, al menos por el momento. Las familias colombianas, ya agobiadas por los constantes aumentos, tendrán que prepararse para un nuevo golpe a sus finanzas o replantear el consumo de gas para el día a día en sus hogares y evitar el uso del mismo para no tener que pagar dichos aumentos.
