En la capital del país, se han adoptado una serie de medidas con las que se supone la administración distrital piensa mejorar la caótica movilidad de la ciudad, es por esto y a pesar que mientras realizaba su campaña a la Alcaldía Mayor de la Ciudad, Claudia López prometió que no haría cambios en la restricción del pico y placa en la ciudad, desde este 11 de enero los habitantes de la ciudad no podrán usar sus vehículos los días correspondientes entre las 6:00 am y las 9:00 pm.

Es seguro que para hacer cumplir la medida se dispondrá de un amplio dispositivo de autoridad que estarán prestos a sancionar a los conductores que sean sorprendidos no acatando la norma, es lógico cada infractor significa dinero para la administración y los contratistas que manejan las grúas y patios donde se llevan los vehículos, por cierto nunca he visto a una de las grúas que llevan el logo de la Alcaldía de Bogotá auxiliar a un conductor que sufra una avería en la ciudad…esto no debe producir dinero.

Si usted tiene recursos, puede saltarse la norma, basta pagar para evadir la ley acogiéndose al llamado pico y placa solidario que permite aplicar el viejo adagio “la ley es para los de ruana”.

¿Pero la autoridad funciona en realidad? Con respecto a la movilidad de la capital, los encargados de controlar los vehículos se hacen los de la vista gorda en algunos aspectos:

Los ciudadanos vemos con preocupación cómo las personas están adulterando las placas de sus vehículos para evadir las cámaras de control, ¿no es esto un delito?, ¿acaso los dispositivos de identificación de la matrícula de un carro no son un documento público que no se puede adulterar?,  haciendo una pequeña investigación me ofrecieron varias maneras de hacerlo: aplicando una resina sobre la placa, decolorándola para eliminar la pintura reflectante e incluso sobreponiendo cintas que adulteran las letras y números, y ya es algo muy común, solo basta hacer un pequeño paseo en algún parqueadero de un centro comercial para darse cuenta de la situación y encontrar carros último modelo con sus placas totalmente deterioradas. Es seguro que si esto ocurriera en cualquier país del mundo las autoridades nunca lo permitirían.

También se ha vuelto moda en la ciudad el ver motocarros conducidos de manera temeraria e irresponsable por recicladores en los barrios populares de la capital, fabricados con motocicletas que seguramente son robadas ya que no tienen dispositivos de identificación ni de seguridad, las autoridades tampoco hacen nada.

Y si hablamos de orden público ya es conocido que en Bogotá existen tres sitios donde la autoridad no funciona, el Portal de las Américas, la Y de Yomasa y el Portal de Suba, de nada han servido las suplicas de los vecinos y comerciantes de estos sitios que cada cierto tiempo son tomados por los vándalos bajo cualquier excusa, pareciera que la administración no quisiera imponer allí la autoridad.

En algunas circunstancias la pregunta es ¿Autoridad…que es eso?