Por: César Augusto Betancourt Restrepo
Mucho se habla de renovación política y la participación de los jóvenes en los escenarios nacionales, pero son pocos los partidos que aplican lo que predican, y en este caso el Centro Democrático no decepcionó, ya que, a la cabeza de lista de la Cámara, eligió a Hernán Cadavid, una persona que se caracteriza por su juventud, pero también por su preparación, experiencia y firmeza en sus principios.
Cadavid es abogado de profesión, ha militado en el Centro Democrático, sonó para viceministro de justicia y ha venido con una consigna clara: perpetuar el legado de la democracia que está en riesgo por el auge de populismos nacionales y locales.
Tiene la determinación de no ser un factor de división sino de unión al interior del uribismo para sacar adelante los proyectos importantes que la Nación y Antioquia necesitan.
Ha sido uno de los principales opositores al alcalde de Medellín, y ha apoyado el proceso de revocatoria, incluso cuando en algún punto la opinión pública creyó que la corruptela de Quintero iba a tumbar este proceso democrático por medio de triquiñuelas leguleyas, que finalmente no dieron fruto.
Tiene el panorama nacional claro, se conoce a Antioquia palmo a palmo y su mayor interés es el de velar por la correcta ejecución de los recursos públicos para que las instituciones públicas no funcionen como fortines politiqueros, como lamentablemente hoy pasa con EPM.
Así mismo, Cadavid ha sido un claro defensor del modelo Universidad–Empresa-Estado que le ha dado frutos tan positivos a Medellín y que los inquilinos del poder en la capital antioqueña quieren destruir.
El mensaje es claro: acompañemos a Hernán Cadavid en las urnas este próximo marzo en las elecciones al Congreso de la República marcando el 101. El Centro Democrático y Antioquia tienen una ficha clave en la defensa de la democracia, los recursos públicos y la institucionalidad.
Al Senado invito a votar por Astrid Buitrago, número 86 en las listas del Centro Democrático. Astrid es abogada, mamá de Elena y María, esposa de Andrés Usuga y también es víctima de las Farc, ya que los terroristas desaparecieron a su papá en 1999 en Puerto Cuembi (Putumayo). Su consigna es pasar del dicho al hecho y hacer del país una verdadera Colombia de Regiones.
