En una situación que ha generado gran controversia en redes sociales y debate en la opinión pública, el presidente Gustavo Petro ha incentivado a las comunidades indígenas del país a salir a marchar y apoyar varias de las reformas de su gobierno, tales como la reforma laboral, la reforma a la salud, la reforma pensional y el alza de los impuestos y la gasolina.
Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, pues muchos señalan que las razones por las cuales los pueblos indígenas respaldan estas propuestas no parecen relacionarse directamente con sus intereses o sus sistemas de vida, levantando sospechas de una instrumentalización política de sus movilizaciones.
Un meme circulando en redes sociales ha sintetizado estas críticas en tono humorístico, destacando que, si bien estas comunidades han salido a marchar con vehemencia en defensa de las reformas del gobierno, ellas mismas no estarían afectadas directamente por estos cambios.
La imagen enumera las razones, haciendo hincapié en que apoyan la reforma laboral sin ser empleados en empresas, la reforma a la salud sin depender del sistema de salud convencional, la reforma pensional sin estar inscritos en el sistema de pensiones, y las alzas en gasolina y otros impuestos sin ser contribuyentes en estos rubros. Bajo el título “Qué cosas no?”, el meme ha abierto la puerta a un debate más serio, que ha puesto en la mira la posible instrumentalización de las comunidades indígenas para fines políticos del gobierno.
Reformas de Petro y el «apoyo simbólico» indígena
Las convocatorias que ha hecho Petro a los grupos indígenas han sido vistas por sus simpatizantes como un acto de inclusión y reconocimiento, defendiendo que las reformas buscan un cambio que, en última instancia, también beneficiaría a estas comunidades. Sin embargo, el trasfondo de esta participación ha sido cuestionado desde varios sectores, que argumentan que el apoyo indígena no parece genuino, sino más bien simbólico. En efecto, mientras que el Presidente llama a los indígenas a defender la reforma laboral, muchos de estos grupos no dependen de empleos formales ni están contratados por empresas bajo las reglas que esta reforma busca cambiar; y el presidente tampoco hace nada desde el gobierno por emplearlos formalmente.
Lo mismo ocurre con la reforma a la salud. Los pueblos indígenas, organizados en torno a un sistema de salud étnico, cuentan con sus propios médicos tradicionales y, en muchos casos, no utilizan los servicios de salud estatales convencionales. Entonces, ¿por qué salir a las calles en su defensa? Esta misma desconexión entre los intereses de las comunidades y el impacto real de las reformas se repite con la reforma pensional, pues los indígenas en su mayoría no cotizan al sistema de pensiones y, por lo tanto, no se verían afectados por los cambios que plantea esta reforma.
¿Alza en la gasolina e impuestos? Otra desconexión entre el discurso y la realidad
Uno de los puntos que ha generado mayor molestia en redes sociales es el apoyo indígena a la subida en el precio de la gasolina, así como a las reformas tributarias. La realidad de los pueblos indígenas en Colombia es que sus economías se basan, en muchos casos, en sistemas de trueque y en el autoconsumo, y no están sujetos a impuestos estatales o al uso frecuente de vehículos que dependen de la gasolina. Estas decisiones gubernamentales, aunque impactan profundamente a los habitantes urbanos y rurales que dependen de la gasolina y que deben cumplir con cargas tributarias, no afectan de manera directa a las comunidades indígenas.
Para muchos críticos, la ironía es evidente: las comunidades indígenas marchan por causas que no los afectan, y que, en varios casos, son impopulares para otros sectores de la población que sí se ven impactados por estas políticas. Esto plantea la pregunta de si los indígenas están siendo manipulados como un símbolo de apoyo para un gobierno que busca sostener su base social en medio de un contexto de rechazo hacia sus reformas en otras partes de la sociedad.
Las redes sociales y la crítica en torno al meme
El meme que ha circulado en redes sociales ha funcionado como un catalizador del debate, generando miles de reacciones y comentarios que cuestionan la conveniencia de que los indígenas se conviertan en voceros de estas reformas. La imagen, en un tono humorístico, pero con un trasfondo crítico, sugiere que el apoyo indígena a estas medidas es poco auténtico y obedece más a una estrategia política que a una necesidad real de las comunidades.
En X y Facebook, usuarios han cuestionado si Petro está utilizando a los indígenas como una suerte de “base de respaldo incondicional” para fortalecer su imagen y su proyecto de gobierno. Incluso, figuras públicas y líderes de opinión han comentado al respecto, calificando la movilización indígena en pro de las reformas como una “puesta en escena” diseñada para brindar una sensación de respaldo popular que, en la práctica, no se traduce en beneficios tangibles para estas comunidades.
La respuesta de las comunidades indígenas y el debate de fondo
Las organizaciones indígenas, por su parte, han defendido su derecho a participar en la política nacional y a expresar su respaldo a cualquier medida que consideren favorable para la sociedad. En sus declaraciones, han manifestado que su apoyo va más allá de intereses directos, y que entienden las reformas como un cambio necesario para el país. Sin embargo, la falta de impacto directo de estas reformas en sus vidas ha servido de base para quienes argumentan que el gobierno actual busca, en realidad, hacer uso de estos colectivos como símbolos de “inclusión” sin ofrecer soluciones específicas que mejoren sus condiciones de vida.
Esta situación plantea interrogantes sobre la relación entre el Estado y los pueblos indígenas y la forma en que son involucrados en políticas nacionales. Si bien el gobierno de Petro ha declarado una política de inclusión étnica y ha impulsado la representación de estas comunidades en su administración, muchos cuestionan si esto se traduce realmente en beneficios para estos grupos, o si más bien se trata de una herramienta de apoyo simbólico que le permite al gobierno proyectar una imagen de respaldo popular. Preguntas similares han surgido sobre los pueblos afros.
¿Un apoyo genuino o un respaldo forzado?
El debate sigue encendido en redes sociales y en el ámbito político. La crítica detrás del meme plantea una reflexión sobre el papel de las comunidades indígenas en las políticas del gobierno y la veracidad de su respaldo a medidas que, para muchos, no les afectan directamente. Mientras algunos defienden su derecho a apoyar las reformas de Petro como una muestra de solidaridad y compromiso con un cambio social, otros ven en esta movilización un ejemplo de cómo el gobierno podría estar manipulando la imagen de los pueblos indígenas para afianzar una base de apoyo político que, en realidad, no representa sus necesidades.
En definitiva, la controversia evidencia la necesidad de un debate más profundo sobre cómo se da el involucramiento de los sectores étnicos en la agenda pública, así como la importancia de garantizar que su participación no se reduzca a una herramienta simbólica, sino a un ejercicio de representación auténtico y beneficioso para sus comunidades.