Los migrantes venezolanos tienen una constante no solo en la ciudad de Medellín sino en cada territorio que les cobija. Afirman que los venezolanos de bien son muchos más, rechazan y condenan las conductas delictivas que han cometido algunos de sus connacionales. En cada espacio de reflexión se habla de su situación migratoria abogan por actividades de integración que permitan frenar la xenofobia y estigmatización.
Si algo caracteriza a los venezolanos en Medellín es la demostración del amor y admiración que le tienen a su país. Sus costumbres, tradiciones, gastronomía, símbolos patrios, religiosidad e idiosincrasia familiar hacen parte de la cotidianidad venezolana en el Valle de Aburrá. En sus hogares no falta su bandera tricolor con estrellas o una reliquia de las vírgenes de Coromoto, Chiquinquirá, Divina Pastora o del Valle entre otras, e inclusive de su santo hacedor de milagros, el doctor José Gregorio Hernández.
Común es verles con la gorra tricolor símbolo de lucha contra el régimen chavista que heredó Nicolás Maduro o del equipo de béisbol de su preferencia Magallanes o Leones del Caracas, para ellos los eternos rivales, Atlético Nacional y el Deportivo Independiente Medellín. En esta tierra futbolera, la sudadera de su selección Vinotinto es de uso cotidiano. Mención aparte merecen su gastronomía con infinidad de sabores, su amor por la salsa y el merengue para bailar. La presencia de su arpa cuatro y maracas en semáforos, parques y fiestas.
¿Son los venezolanos responsables de la inseguridad en Colombia?
De acuerdo a una consulta de Invamer Poll, el 66% de los colombianos está en desacuerdo con la llegada masiva de migrantes venezolanos. La opinión pública nacional sostiene que la población migrante es la causante del deterioro de la seguridad en las principales ciudades del país. Sin embargo diversas investigaciones, entre ellas la de la Fundación Ideas para la Paz,Equilibrium SDS, la KAS Colombia, la CAVEX y a la OIM, han refutado y desestimado dicha percepción.
Los resultados del estudio que midió el impacto fiscal de la migración venezolana, reveló que “Colombia ha asumido una responsabilidad importante para la acogida de migrantes venezolanos, pero en el balance de cuentas nacionales, es más lo que el país se ha beneficiado que lo que le ha costado integrar a esta población.”
El estudio presentado en el año pasado 2022, reveló que “la recaudación fiscal de migrantes venezolanos, en el 2022, fue de USD $529.154.660 en impuestos directos e indirectos, cifra que está por encima del gasto público destinado a la atención en salud y educación de esta población, la cual asciende a USD $494.427.912.”
Arraigo venezolano en suelo paisa
Los chamos llegaron a Medellín en su necesidad de sobrevivir y para sumar a sus saberes al desarrollo de la ciudad. Xiomara Sánchez es una de ellas, llegó por las trochas de Cúcuta desde la ciudad de Caracas, vivió en una pieza con su esposo y su hija. Hoy viven en una casita de una habitación en el barrio Loreto. Es Administradora de empresas y su esposo Ingeniero de Sistemas, han trabajado en oficios varios intercambiando los turnos diurnos y nocturnos para poder cuidar de su pequeña. Aunque cuentan con el Permiso de Protección Temporal PPT, aún no logran un empleo con todos los beneficios que devengan los trabajadores colombianos.
Claro que ha sido duro dice Xiomara y se pregunta con los ojos llorosos. ¿Nosotros qué hicimos para que Dios permitiera que está gente acabará con el país así? “vale. No hay derecho. Mi hija cuándo volverá a ver a sus abuelos, ya casi ni recuerda a sus tíos. Tenemos siete años en Medellín y creo, siento que no vamos a poder regresar. Estamos construyendo una vida aquí. El agradecimiento es muy grande con ustedes los paisas, así fue como en diálogo con IFMNOTICIAS hizo el relato de lo que le ha tocado vivir en la ciudad de la Eterna Primavera, siguió… los buenos somos más sabes. Esos tipos delincuentes no nos representan. Son unos pocos. Que los metan presos y los expulsen de aquí”.
Otro venezolano le contó su historia a IFMNOTICIAS, se trata de Julio Enrique Benítez, un llanero de pura sepa y jubilado de la empresa petrolera. Sufrió un accidente y quedó con una prótesis en su brazo. Cuando llegó a Medellín comenzó paseando mascotas y hoy día vende con un sobrino cubiertos de madera que les hacen llegar de Venezuela. Solo bendiciones ofrece para Colombia. Su salud cuando requiere la atiende con Metrosalud por el Sisbén. “Dios les bendiga a todos aquí, a Usted a su familia. A todos. Mire mija yo tengo 65 años, mis hijos también están ya aquí y mi señora. Allá vendimos todo. Para dónde nos vamos a ir. Mis nietos están ya estudiando y mis hijos trabajando. Yo la verdad lo veo difícil regresar”.
Son historias que ponen a pensar…estos migrantes venezolanos son valientes y que al mirar atrás solo agradecen a Dios y a la tierra antioqueña por acogerlos, sigue el relato…¡Bendición pa’! Nos vemos ahora, le dice Argenis Lizardo a su padre Wilfredo, originario de Cabimas. “Al principio nos pegó el frío. Nosotros vivíamos en San Pedro de los Milagros. Luego nos vinimos para Belén Rincón y aquí ya nos acoplamos.”, lo dice en apacible conversación. No le gusta la mazamorra prefiere tomarse una avena y que sea marca Quaker. “Es que esa era la que me daba mi abuela vale. El bocadillo de guayaba me lo como en la tarde y se ríe. Sabes que sí me gusta, nos dice. La bandeja paisa y un buen chorizo con limón. Eso aquí es una delicia. Ah y el chicharrón, no me lo pierdo.
¿Piensas y deseas regresar a Venezuela? sin dudar responde. “Todos los días quisiera estar allá, pero ya no se puede. Ojalá y Dios lo permita ahora y María Corina los tumbé en estas elecciones. Allá está mi vida, mis recuerdos. Aquí estoy viviendo. Así es. Así como mis hijos, esos chamos y chamas que se vinieron. lo que quieren es echar pa’ Lante. No como esa cuerda e’ vagos que andan juntando sé con la gente mala de aquí. Esos no deben llamarse venezolanos sino malandros.” Su hijo trabaja como logístico y por ello tiene afiliación a una EPS, pero han sufrido últimamente con la entrega de sus medicamentos.
El agradecimiento y las bendiciones para Medellín por parte de los venezolanos, no falta cuando hablan de su arraigo en la ciudad la mayor no cree viable el regresar dado que ya están construyendo una nueva vida en la capital de Antioquia. Sus hijos están estudiando, sus padres y abuelos cuentan con acceso a la alimentación, medicinas y espacios de recreación. Los cabezas de familia observando que sí tienen oportunidades para insertarse en el mercado laboral, así sea de manera informal.
Algunas cifras de Migración Colombia y el Sistema de Datos Abiertos
-A Enero de 2024
en Colombia había 2.845.706 migrantes venezolanos con vocación de permanencia, de ellos 881.096 eran niños, niñas y adolescentes, es decir un 30,96% del total de esta población.
-El 4,26% menores de 5 años y el 23,38% tenían entre 5 y 17 años -584.534
estudiantes venezolanos inscritos en el Sistema Integrado de Matrículas SIMAT
en educación básica y media a 2022 . El 50,42% corresponden al género femenino y el 49,58% al masculino.
-En julio próximo según el Ministerio de Educación Nacional, estará disponible la cifra correspondiente al año 2023.
Gastos promedios de venezolanos anuales
- Vivienda USD$ 268,6
- Alimentación USD$ 245,7
- Vestimenta USD$ 88,52 y
- Servicios domésticos USD$ 79,5
El estudio: El impacto fiscal de la migración venezolana en Colombia realidad vs. potencial, que hace un balance económico de la diáspora venezolana en el principal país que les brinda acogida, precisa que “la migración venezolana tiene un impacto positivo por el lado de la demanda, además ha contribuido con la dinamización de
la economía colombiana por medio de diversos canales como la recaudación fiscal a
través del consumo, el impuesto a la renta y la generación de empleos, entre otros”.
El fenómeno e impacto de la migración venezolana seguirá siendo materia de investigación. Bienvenidos, apoyados, integrados rechazados o marginados, etc. Son calificativos que seguramente se seguirán utilizando para hablar de estos ciudadanos que otrora brindaron su solidaridad no solo a Colombia sino a un sin fin de naciones del mundo.