Una delegación del sector empresarial colombiano sostuvo una serie de reuniones en Washington con funcionarios del gobierno estadounidense y actores del Congreso, en medio de un contexto marcado por nuevas tensiones en la relación bilateral entre los dos países.
El objetivo central del viaje fue manifestar el interés del empresariado colombiano en preservar los lazos históricos con Estados Unidos y abordar los desafíos recientes que afectan el comercio.
La delegación, encabezada por el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, incluyó a una decena de empresarios de distintos sectores. Las reuniones se extendieron entre el lunes y el miércoles de esta semana, e incluyeron encuentros con funcionarios de los Departamentos de Estado, Comercio y Agricultura, así como con miembros del Congreso y centros de análisis político y económico.
Aunque la gira no fue organizada por el Ejecutivo colombiano, la delegación sostuvo encuentros con el embajador Daniel García-Peña y su equipo, a quienes presentaron los temas abordados en las conversaciones. Según Mac Master, la iniciativa surgió de la necesidad de mantener un canal de diálogo abierto, independientemente de las dinámicas políticas de ambos gobiernos.
Uno de los ejes de las reuniones fue el nuevo arancel del 10% impuesto por la administración Trump a las importaciones, medida que afectó las exportaciones colombianas. En ese contexto, funcionarios estadounidenses entregaron una lista de condiciones para avanzar hacia la eliminación del arancel, entre las que se incluye la eliminación de la nueva certificación para importar vehículos y autopartes que impulsa el Gobierno colombiano.
También se plantearon otras preocupaciones, como el cumplimiento de los compromisos del Tratado de Libre Comercio en materia de chatarrización de vehículos pesados, el proceso de licitación para almacenamiento en la nube que Washington considera podría excluir a empresas estadounidenses, y posibles restricciones a la importación de productos farmacéuticos.
De acuerdo con Mac Master, si Colombia aborda estos temas, Estados Unidos estaría dispuesto a revisar la política arancelaria aplicada al país. Otros países de la región, como Chile, Argentina y Ecuador, ya habrían avanzado en este tipo de negociaciones.
Durante las conversaciones, los empresarios colombianos propusieron mecanismos que permitan mitigar los efectos de los nuevos aranceles, como una certificación que acredite que algunos productos colombianos contienen componentes de origen estadounidense. Esta medida beneficiaría a sectores como el café, las flores, los limones y los aguacates.
Otro punto abordado fue el posible riesgo de descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico. Esta medida, que ha sido mencionada por voceros del actual gobierno de Estados Unidos, implicaría la suspensión de ayudas, restricciones financieras y la posibilidad de bloqueos en créditos multilaterales.
Aunque la ley permite que el Presidente estadounidense suspenda las sanciones por razones de interés nacional, los empresarios advirtieron sobre las implicaciones que esta situación tendría en la percepción internacional del país y en su economía.
El empresariado colombiano señaló que continuará gestionando canales de diálogo que permitan proteger los intereses del país y sus exportaciones, en un contexto de transformaciones en la política exterior de Estados Unidos.