El conflicto entre Israel e Irán entra en su séptimo día de enfrentamientos directos, mientras la región y la comunidad internacional observan con preocupación la posibilidad de una escalada mayor.
El viernes pasado Israel llevó a cabo una ofensiva en la que resultaron muertos varios altos mandos militares iraníes, así como científicos vinculados al programa nuclear de Teherán. También se reportaron daños significativos en algunas instalaciones nucleares y sectores de infraestructura energética. En represalia, Irán ha lanzado misiles contra edificios gubernamentales y zonas metropolitanas en territorio israelí.
En este sentido, el conflicto está generando costos económicos elevados para ambos países, con posibles repercusiones sobre su crecimiento económico y sostenibilidad fiscal en el mediano plazo. En medio de esta situación, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó este viernes el Centro Médico Soroka en Beersheba, que resultó afectado por un misil iraní. Según medios locales, durante su visita no descartó la posibilidad de atacar directamente al líder supremo iraní.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel informó de un impacto directo en un hospital en el sur, después de que Irán lanzara otra ronda de ataques con misiles contra el país este jueves por la mañana. Irán mencionó que el objetivo principal de un ataque era una base militar y de inteligencia, no la instalación médica en sí. No obstante, el director general del hospital, Shlomi Kodesh, informó que el misil impactó una antigua sala quirúrgica, provocando daños importantes en esa área y en otras partes del complejo hospitalario, dejando varias personas con heridas leves.
Este Hospital es el más grande del sur de Israel, con más de mil camas y una población atendida que supera el millón de personas, incluidos más de 15 mil pacientes oncológicos al año.
En el plano internacional, aunque el presidente de Estados Unidos no ha emitido declaraciones en la última hora, se ha especulado que su gobierno evalúa posibles formas de apoyo militar a Israel. Entre las opciones que se estarían considerando está el uso de bombas antibúnker para atacar instalaciones nucleares subterráneas como la planta de Fordow en Irán. Sin embargo, persisten interrogantes sobre si tal acción podría lograrse sin desencadenar una escalada total del conflicto.
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