Por Claudia Carrasquilla
La Secretaría de Seguridad lamentablemente no fue ajena a todas la irregularidades de la administración pasada, esa situación tiene efectos en la percepción ciudadana que hoy se siente insegura.
Lo que se evidenció fue que en los últimos cuatro años hubo baja operatividad apenas hubo 12 mil capturas en flagrancia, 1.479 por orden judicial y hay pendientes por ejecutar otras 18 mil. Sabemos que en Medellín hay 5 de los 10 grupos de delincuencia organizada cuyos jefes, desde la cárcel de máxima seguridad quieren seguir controlando las actividades ilegales.
Hoy tenemos una institucionalidad que está preparada para enfrentar cualquier alteración en la tranquilidad de los medellinenses.
Como recomendación, se debe hacer un análisis riguroso de otros actores delincuenciales como estructuras conformadas por extranjeros, en la mayoría de casos, venezolanos. Esos son los que hacen quedar mal a aquellos migrantes que llegan a nuestra ciudad y se han convertido en fuerza laboral y de desarrollo y por eso hay que individualizarlos.
Existen organizaciones integradas por estás personas que delinquen fortaleciendo el proxenetismo en zonas como el Parque Lleras y Provenza. Por eso y otros motivos, se debe hacer inventario de cuál es su accionar en la ciudad.
