En medio de la alerta nacional por el aumento de casos de fiebre amarilla, el presidente Gustavo Petro señaló públicamente a Bogotá como una de las ciudades que, según él, no habría configurado sus equipos básicos de salud, lo que habría dificultado la vacunación oportuna frente a la emergencia.
Durante una intervención reciente, el mandatario afirmó: “Los viejos tienen una alta tasa de mortalidad y nunca fueron vacunados. Hoy, son muy vulnerables. La inexistencia de prevención es nuestra principal debilidad» En otro de sus apartes mencionó «Bogotá no ha querido configurar los equipos básicos de salud”.
La respuesta llegó pocas horas después a través del subsecretario de Salud Pública de Bogotá, Julián Alfredo Fernández Niño, quien expuso argumentos técnicos para responder al Presidente. En su declaración, Fernández recordó que Bogotá no es un territorio endémico para la fiebre amarilla debido a su altitud y condiciones climáticas, lo que impide la transmisión del virus por vectores en la ciudad.
“La razón por la cual Bogotá vacuna intensamente contra la fiebre amarilla es para proteger a los residentes que viajan a zonas endémicas y a personas en tránsito, pero no se generan casos secundarios aquí, porque no hay transmisión vectorial en la ciudad”, explicó el funcionario.
Fernández insistió en que el esfuerzo de vacunación debe concentrarse en los territorios donde sí existe riesgo real de propagación vectorial. “Debe usted incrementar la vacunación en esas zonas para cortar la cadena de transmisión”, afirmó dirigiéndose al presidente Petro.
En respuesta adicional publicada en X, el subsecretario publicó una gráfica con el comportamiento mensual de dosis aplicadas en Bogotá desde enero de 2024 hasta abril de 2025, acompañada del mensaje:
“Ahora resulta que la culpa de que el Ministerio no haya podido controlar la fiebre amarilla es de Bogotá que ni siquiera es área endémica. De hecho, es gracias en gran parte a Bogotá que han mejorado los indicadores de vacunación. Hechos pueden más que los discursos.”
Según datos oficiales de la Secretaría Distrital de Salud, en marzo de 2025 se aplicaron 19.513 dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla en la ciudad, una cifra considerablemente superior al promedio mensual registrado durante el último año, que osciló entre 12.000 y 13.000 dosis. A corte del 12 de abril, ya se han alcanzado 16.876 dosis aplicadas.
“El incremento en la cobertura ha sido posible gracias a estrategias intersectoriales que involucran al Alcalde, la Primera Dama, el sector educativo, integración social y cultura. La vacunación ha sido una prioridad absoluta en nuestra agenda”, declaró Fernández Niño.
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