El Senado de la República definió el orden del día para la sesión plenaria de este miércoles 14 de mayo, estableciendo como primer punto la votación de la apelación al archivo de la reforma laboral, que fue hundida a mediados de marzo en la Comisión Séptima.
El recurso fue presentado por los senadores Ariel Ávila, del partido Alianza Verde, y Pedro Hernando Porras, del Pacto Histórico. Si la plenaria decide aprobar la apelación, la reforma laboral podría ser discutida nuevamente en el Congreso.
Sin embargo, el trámite ha generado controversia, debido a que también está prevista la votación sobre la consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro, con la que busca someter a la ciudadanía varios puntos centrales del proyecto de reforma.
El anuncio del Senado generó incertidumbre en distintos sectores, ya que si se reviviera la reforma por vía legislativa, el mecanismo de participación ciudadana perdería su justificación, según han señalado críticos del proceso. El presidente Petro había argumentado que recurrió a la consulta porque, según él, el Congreso no permitió discutir la reforma de manera adecuada.
Desde el Ejecutivo, el ministro del Interior, Armando Benedetti, cuestionó la viabilidad del proceso. En su cuenta de X escribió: “Si se revive la reforma laboral con la apelación NO DAN LOS TIEMPOS. Hoy esa iniciativa está hundida y es una burla ¿Diez semanas después es que van a tomar la decisión? ¿Eso es serio?”.
Varios senadores de oposición también han manifestado su rechazo a la apelación. Juan Pablo Gallo (Partido Liberal), Efraín Cepeda y Marcos Daniel Pineda (Partido Conservador), y José Luis Pérez (Cambio Radical), firmaron el informe de la comisión accidental que evaluó el recurso, en el cual se argumenta que el proyecto no abordó con claridad temas como el trabajo remoto, el empleo en plataformas digitales o incentivos para las pequeñas y medianas empresas.
Fabián Díaz, senador de la Alianza Verde y miembro de la Comisión Séptima que archivó el proyecto, inicialmente apoyó la apelación, pero posteriormente anunció su intención de votar en contra, al considerar que no hay tiempo suficiente para reactivar el trámite legislativo.
“Si bien se presentó hace casi dos meses la apelación, y tras nombrar la subcomisión que debe rendir el informe a la plenaria, se han demorado más de un mes (…) Si la consulta popular, que está primero que la apelación, llega a argumentarse que la votan negativa, quiero decirles que no nos vamos a prestar y preferimos retirarla”, expresó en declaraciones recientes.
Por su parte, el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, manifestó su preocupación por la celeridad con la que ahora se impulsa la apelación, tras semanas de inactividad. Según él, el objetivo sería que tanto la reforma como la consulta se queden sin camino posible.
“Resulta muy sospechoso que se demoraran nueve o diez semanas para tramitar una apelación y estamos a cinco semanas y se hunda por tiempos. Quieren darle otro entierro a la reforma laboral y, al mismo tiempo, enterrar la consulta popular”, dijo el jefe de la cartera laboral antes del debate que tuvo lugar el martes en el Senado.
La plenaria de este miércoles definirá el futuro inmediato de dos mecanismos impulsados para reformar las normas laborales en el país.
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