El hurto de mobiliario público en Bogotá alcanzó niveles sin precedentes este año, según denunció el concejal Andrés Onzaga, quien advirtió que las pérdidas para el Distrito superan los $65 mil millones.
Los datos, recopilados a partir de informes de entidades locales, muestran un incremento sostenido en el robo de elementos como cestas de basura, luminarias, tapas de alcantarilla, láminas de puentes peatonales y medidores de agua.
Los registros indican que durante 2025 se han hurtado 30.806 cestas de basura, lo que representa pérdidas superiores a $56.681 millones. En 2024 se habían reportado 3.387 hurtos de este tipo, con un costo de $3.868 millones, lo que significa un aumento superior al 800%. El robo de medidores de agua también se incrementó, con 8.718 unidades sustraídas y pérdidas cercanas a los $3.343 millones.
Las luminarias han sido otro de los blancos principales. Este año se contabilizan 3.552 unidades vandalizadas o robadas, con pérdidas por $3.428 millones. En 2023 se registraron 2.156 casos y en 2024 la cifra se duplicó. Las tapas de alcantarilla tampoco han estado exentas de este fenómeno: se han reportado 1.869 hurtos, con pérdidas estimadas en $1.800 millones. Aunque el número es levemente menor al de 2024, cuando se registraron 2.971, los efectos en la seguridad vial continúan siendo significativos.
El hurto de láminas en puentes peatonales se mantiene constante. En lo corrido de 2025 se han robado 1.202 piezas, valoradas en $317 millones. Desde 2023, este delito no ha mostrado variaciones significativas, reflejando una persistencia en la extracción y reventa de material metálico.
El concejal Onzaga señaló que la problemática se agrava por la falta de control sobre la receptación, pues los materiales hurtados, especialmente el metal, terminan en chatarrerías y bodegas donde se revenden sin supervisión. “Mientras la Secretaría de Seguridad no actúe sobre los puntos de receptación, este delito seguirá repitiéndose. La falta de operativos y control sobre las chatarrerías es inaceptable”, afirmó el cabildante.
Los robos no solo representan una pérdida económica considerable para la ciudad, sino que también generan afectaciones directas en la vida cotidiana de los ciudadanos. La ausencia de iluminación en calles, la exposición de huecos sin tapas y el deterioro del mobiliario urbano repercuten en la seguridad y movilidad de los habitantes.
De acuerdo con el informe, el monto total de las pérdidas en 2025 equivale al costo de construcción de varios colegios distritales o al mantenimiento anual de cientos de parques. Las cifras reflejan un deterioro progresivo en el control y vigilancia del espacio público, lo que mantiene a la capital frente a un escenario de alto impacto financiero y social.





