El presidente Gustavo Petro anunció, desde Medio Oriente, un incremento del 3 % en los cultivos de hoja de coca en Colombia durante 2024, cifra que se traduce en 262.000 hectáreas sembradas, según afirmó en su cuenta de X.
El dato fue revelado antes de la publicación oficial del informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), administrado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
El mandatario explicó que el retraso en la divulgación del documento internacional obedece a ajustes metodológicos solicitados por su gobierno, con el fin de diferenciar entre las zonas activas de producción y aquellas que han sido abandonadas o están en proceso de sustitución. De acuerdo con su mensaje, de las 262.000 hectáreas identificadas, 80.000 estarían sin uso desde hace más de tres años y 22.000 en proceso de transición hacia cultivos lícitos.
La cifra representa un incremento frente a las 253.000 hectáreas reportadas en 2023, aunque con una tasa menor de crecimiento. Ese año, el país registró un aumento del 10 % en el área sembrada y una producción potencial de cocaína superior a las 2.600 toneladas, según la ONU.
El presidente señaló que el crecimiento sostenido de los cultivos se concentra en los denominados enclaves de producción, impulsados por la demanda internacional de cocaína, especialmente en Europa, el Cono Sur y Australia. También sostuvo que el consumo de cocaína en Estados Unidos habría llegado a su límite debido al aumento del uso de fentanilo.

La revelación de Petro ocurre en un contexto de tensión diplomática con Estados Unidos, tras la inclusión del mandatario, su esposa Verónica Alcocer, su hijo Nicolás Petro y el ministro del Interior, Armando Benedetti, en la Lista Clinton. Washington ha cuestionado la efectividad de la política antidrogas del actual gobierno y redujo las ayudas a Colombia destinadas a la lucha contra el narcotráfico.
Tras el anuncio, expertos en seguridad y justicia reaccionaron al pronunciamiento del mandatario. Daniel Mejía, exsecretario de Seguridad de Bogotá, señaló que el informe de Naciones Unidas no contabiliza las áreas abandonadas, por lo que las 262.000 hectáreas corresponden únicamente a las zonas efectivamente sembradas. Por su parte, la exministra de Justicia, Ángela María Buitrago, indicó que, si la cifra de crecimiento del 3% es correcta, confirma la validez del reporte anterior y mantiene la tendencia de expansión del cultivo.
En años anteriores, el presidente Petro ha cuestionado la metodología empleada por el Simci para calcular las hectáreas cultivadas y la producción potencial de cocaína. En 2023, el Gobierno solicitó formalmente a la ONU un ajuste en la medición, argumentando que debía descontarse la coca incautada, los lotes no cosechados y los inventarios retenidos.
La Unodc, a través de su oficina en Colombia, informó recientemente que trabaja con las autoridades nacionales en la revisión del modelo estadístico y que publicará los resultados del monitoreo de 2024 en las próximas semanas.








