En su alocución presidencial, a las pocas horas de conocerse el hundimiento de la consulta popular, solicitó al Legislativo someter de nuevo a votación el proyecto gubernamental: «Le solicito al Senado poner de nuevo en votación la consulta popular. Le solicito al pueblo de Colombia, estaré dispuesto a cumplir sus órdenes como respuesta. Llegó la hora del pueblo».
Gustavo Petro utilizó calificativos muy fuertes contra los legisladores que no aprobaron la consulta: trampa, fraude, mañoso, payasadas.
En su cuenta de X, anunció que su gobierno de nuevo presentará la consulta a consideración del legislativo, «El gobierno volverá a presentar la consulta popular con una pregunta adicional en salud. Pero, esta vez, ya el Senado la discutirá con el pueblo en las calles y carreteras, si así lo deciden las asambleas populares en los municipios».
El mensaje de Petro creo preocupación al referirse que el pueblo estará en las calles y carreteras, ¿Es acaso un llamado para que a manera de presión al congreso la gente bloquee a Colombia?
«Convocó a la ciudadanía a no callarse y debatir en asamblea permanente, le solicito al cabildo abierto de Bogotá, allá en el Consejo Distrital, en la plazoleta, si no los dejan entrar, que se reúnan las organizaciones a escala nacional, la Federación de Cooperativas, la Federación Nacional de la Acción Comunal, la Coordinación Nacional Campesina, con su millón de inscritos, pidiendo tierra en Colombia, las centrales obreras, el movimiento juvenil, a la minga indígena, a la diversidad colombiana, a las organizaciones afro para que propongan y todos los cabildos municipales discutan si se aprueban o no las propuestas que el mismo movimiento popular debe trazar. Tenemos unas, pero le corresponde es al pueblo tomar una decisión».
Analistas políticos hicieron un llamado a la calma, a no polarizar más corriendo el riesgo de derivar la situación en actos de violencia, en su cuenta de X, Humberto de la Calle afirmó: «A calmarse todo el mundo! Se debe aprobar rápido una reforma laboral en el Congreso. Los gremios, ponerse la mano en el corazón. Hay aspiraciones respetables de los trabajadores. Y el gobierno: se entiende su frustración. Pero es el llamado a tener más calma que todos. Tiene derecho a movilizar sus adeptos. Pero esos llamados al paro general son un contrasentido. Los paros suelen hacerse contra los gobiernos, no a favor de ellos. Si el Gobierno exagera, encontrará un bumerán. Y el Presidente debe desistir de la descalificación de quienes piensan distinto. Es el Gobernante de todos, no solo de los suyos. Los ministros energúmenos y vociferantes pierden su propia dignidad».
Se conoce, además, que varios senadores presentaran una propuesta para que de nuevo se vote, argumentando que no hubo tiempo suficiente para ejercer el derecho de votar.
Conéctese con IFMNOTICIAS! Síganos en nuestros canales digitales y active las notificaciones. @ifmnoticias en Instagram, X, Facebook, YouTube y Dailymotion!