El presidente Gustavo Petro Urrego notificó mediante carta oficial, fechada el 23 de mayo de 2025, al presidente del Senado, Efraín José Cepeda Sarabia, su desplazamiento hacia Quito, Ecuador, para asistir a la posesión presidencial de Daniel Noboa y participar en reuniones de trabajo. Sin embargo, lo que el mandatario no comunicó al Congreso —como lo exige la Constitución— fue su presunto paso por Manta, donde presuntamente habría sostenido un encuentro con el temido cabecilla criminal alias Fito.
La carta, que fue dirigida al Congreso de la República, dejó claro que el viaje tenía como único destino la capital ecuatoriana, del 24 al 26 de mayo de 2025. En el documento, Petro solicitó el cumplimiento de los trámites de rigor, informó la delegación temporal de funciones al ministro del Interior, Armando Benedetti, y firmó la misiva como corresponde.
Según analistas, lo que salta a la vista y genera inquietud es la omisión de Manta en el itinerario oficial. ¿Por qué el jefe de Estado no informó al Congreso sobre esa parada? ¿Qué motivó ese encuentro fuera de la agenda protocolaria? La pregunta toma fuerza tras conocerse versiones que lo ubican en esa ciudad, donde presuntamente habría sostenido un encuentro con alias Fito, señalado líder de bandas criminales y del narcotráfico en la región.
Según la Ley, el presidente debe informar de sus ausencias y desplazamientos al Congreso. En este caso, la falta de transparencia en los detalles del viaje plantea serios interrogantes sobre las verdaderas razones de su paso por Manta y los alcances de esa posible reunión.