jueves, julio 10, 2025
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(OPINIÓN) Las bodegas y ChatGPT. Por: María Clara Posada

Tengo un amigo entrañable que, por insistencia mía, tal vez, decidió seguir el montaje judicial que enfrenta el presidente Álvaro Uribe Vélez. Como cualquier persona dotada de sentido lógico y honestidad intelectual, terminó abrumado por la acumulación de inconsistencias, sesgos y falacias con las que se ha distorsionado no solo la figura de Uribe, sino la Majestad de la justicia.

A mi amigo lo llamaremos Carlos. La semana pasada, con la convicción que solo puede dar la razón, Carlos me dijo: “Si la decisión de la juez 44 se dicta en Derecho, no puede ser otra que la absolución”.

Curso de Inteligencia Artificial - Carlos Betancur Gálvez

Pero el problema -y es un problema enorme- es que la mayoría de los colombianos no ha seguido el caso. Mientras tanto, muchos terminan repitiendo como dogma la narrativa promovida por las bodegas digitales que aplauden a Iván Cepeda. Esas mentiras, revestidas de tecnicismos y falsa moral, pretenden instalar un relato construido a punta de tergiversaciones, pruebas amañadas y conductas dudosas. (Basta con revisar redes sociales para ver cómo, por ejemplo, la Fiscal, desconociendo el artículo 115 de la Ley 906, acomodó vulgarmente las declaraciones del propio Álvaro Uribe, para que encajaran en su hipótesis acusatoria).

Revisando los argumentos de estas huestes digitales, caímos en cuenta de algo curioso: Son los mismos que ofrece ChatGPT cuando se le pide listar las 3 razones para sostener que sí existen elementos probatorios contra Uribe. A modo de ejercicio pedagógico -y acaso también como diagnóstico de la banalización del debate jurídico en redes-, comparto aquí esos 3 argumentos, y el dato que mata el relato:

1. “El Tribunal Superior de Bogotá admitió las grabaciones entre Uribe y Diego Cadena como prueba válida.”
Falso. El Tribunal, en su decisión del 4 de febrero, expresó que la legalidad de esas pruebas debía ser resuelta por la juez del caso. A lo largo de 67 audiencias, quedó probado que las interceptaciones que dieron origen al proceso fueron ilegales: se realizaron sin orden judicial y violan el principio constitucional de confidencialidad entre abogado y cliente. De cualquier modo, aun si se consideraran válidas, ninguna prueba en esas grabaciones compromete al presidente; jamás se lo escucha solicitando acciones indebidas.

2. En algunas de esas conversaciones, Cadena informa a Uribe sobre gestiones con testigos, y Uribe responde aprobando (“estoy en esas”, “proceda doctor Diego…”).
Falso. El testimonio juramentado de Hernán Cadavid indica que Cadena contactó al testigo Monsalve trece meses antes de que Uribe conociera del asunto. Cuando Cadena finalmente lo informa, Uribe se muestra molesto y le señala que no hubiera aprobado semejante actuación. A su vez, Carolina Vargas, analista de comunicaciones de la Fiscalía y luego de la Corte, afirmó que no encontró ni una sola conversación donde el presidente sugiriera faltar a la verdad.

3. Monsalve grabó clandestinamente su reunión con Cadena en La Picota, donde se hablaron beneficios jurídico-penales para que retractara su testimonio. Otra grabación con reloj espía muestra a Enrique Pardo Hasche, hablando de Uribe y presionando a Monsalve.

Falso. Expertos técnicos de la propia Fiscalía determinaron que esas grabaciones fueron ocultadas a la justicia, editadas o manipuladas. Además, Cepeda nunca puso a disposición los chats con Monsalve y, al ser interrogado, adujo que su celular se había dañado. Nunca permitió una pericia técnica para corroborarlo.

4. Juan Guillermo Monsalve denunció que Cadena le ofreció beneficios judiciales y dinero para cambiar su testimonio sobre vínculos de Uribe con paramilitares. Carlos Enrique Vélez afirmó haber recibido más de 40 millones de pesos y haberse retrasado un testimonio ya preparado por Cadena.
Falso. Ambos testigos exhibieron contradicciones múltiples durante las audiencias. a) Jamás han tenido contacto con Uribe. b) Sus familiares los reconocen por su propensión a mentir. c) Las gestiones que refieren, de haber existido, no vinculan penalmente a Uribe. d) Ambos tuvieron comunicación directa con Iván Cepeda, de quien sí recibieron gestiones jurídicas.

En conclusión, no hay relato ideológico que soporte el peso de los hechos. La fiscal delegada, Marlenne Orjuela, discípula de Eduardo Montealegre y portavoz de su cruzada, no logró sustentar su teoría del caso. El 28 de julio, si la juez 44 honra el Derecho, Álvaro Uribe Vélez será absuelto. Y en ese acto, la verdad se habrá impuesto sobre los montajes y la justicia sobre la política.

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