Este singular personaje, que Dios lo tenga en su gloria, partió de este mundo hace poco más de seis años a sus 90 años de edad. Nacido en Sogamoso, Boyacá, hijo de padre libanés y madre egipcia, se casó y tuvo dos hijas, se hizo abogado en la Universidad Nacional, fue un intelectual académico, político, conservador, diplomático, empresario, conferencista, escritor, comunicador social, católico practicante y promotor de la fe.
De este hombre es mucho lo que se puede decir, pues siempre tuvo un alma inquieta y emprendedora, desde temprana edad acompañó al expresidente Laureano Gómez en su exilio en España, sirviéndole como su secretario personal, regresó a Colombia como director de la filial de La Unión Empresarios Católicos, organización con sede en Bélgica, dedicado a promover la creación de empresas comunitarias, la que fue el proyecto de su vida, habiendo formado más de diez mil de ellas a nivel nacional. Igualmente, fue cofundador de las escuelas de líderes campesinos y estudiantiles de la Central de Juventudes, de la que fue su director.
También fue vicepresidente del Consejo Nacional de Laicos Católicos y alto consejero presidencial de los gobiernos de Carlos Lleras Restrepo y Misael Pastrana Borrero. Durante el ejercicio de ese cargo impulsó el bachillerato radiofónico, sirviendo a miles de campesinos y personas de bajos recursos, se registra que más de dos millones de jóvenes se acogieron a dicho programa.
Siendo consejero presidencial para lo social, creó el Canal 11 de televisión educativa de Inravisión en la década de los años setenta, habiendo sido miembro de su junta directiva. De ahí fue nombrado cónsul en París, donde permaneció dos años, regresando a Colombia para dedicarse a su actividad académica como profesor de derecho. En ese ejercicio fue nombrado Rector de la Universidad La Gran Colombia y Presidente de la Corporación Universitaria, cargos que ejerció por 38 años hasta su muerte.
Conocí a José en 1990 cuando ambos participábamos en actividades de fe católica, nos hicimos muy amigos y desarrollamos proyectos juntos católicos, sociales, educativos, económicos, políticos y de comunicación, él era un hombre proactivo y decidido a sacar adelante lo que se le proponía, por tal razón realizamos muchas iniciativas que yo le proponía contando con su apoyo.
Montamos una productora televisiva de programas católicos llamada Producciones Ictus, la misma que más adelante la transformamos a Fundación Ictus, cuando le propuse que montáramos un canal de televisión católico, recibí su aprobación y la de la universidad, el canal Teleamiga al que le dediqué 20 años de mi vida, desde la concepción, obtención de las licencias de transmisión, diseño del concepto, montaje, penetración y la dirección del mismo. Este canal ya lleva 25 años al aire y en la actualidad es operado por la fundación y controlado por la universidad.
Apoyé a José en sus inquietudes sociales y políticas, al punto que en 2010 a sus 82 años de edad se presentó como precandidato a la Presidencia de la República por Partido Conservador. Realizamos proyectos empresariales a nivel nacional e internacional, montamos con otras universidades la primera Incubadora de empresas de base tecnológica, promovimos microempresas y viajamos por muchos países del mundo conociendo y aprendiendo nuevas iniciativas.
En 2013 cuando es elegido el Papa Francisco, José mantuvo mucha reserva, pues no lo consideró como el Papa adecuado, ya que José mantenía una idea fundamentalista de la religión y en su programa televisivo por Teleamiga, comenzó a denigrar del Papa y del Clero, lo que le costó su distanciamiento del Clero. Yo me le opuse y no lo acompañé en esa idea, eso me valió para que nuestra amistad se terminara, con ello tuve que abandonar el proyecto del canal de televisión y lamentablemente José partió de este mundo estando distanciados.
Relato esto porque aun esas circunstancias lo guardo en mi corazón como un compañero y amigo; sé que fue un hombre bueno, sano y bien intencionado, pero lamentablemente aún su alta cultura y sapiencia, era un ser influenciable, como incomprendido. Siento que Dios en su infinita misericordia lo ha acogido para que goce de la felicidad eterna.