Y que nunca se canse.
Cítenlo semanalmente al Senado y a la Cámara de Representantes.
Invítenlo a conferencias, paneles y tertulias.
Nadie como él describe la intimidad del gobierno Petro y su “Pacto Histórico”.
Nadie pinta tan brillantemente la pocilga, antro y madriguera en la que convive la jerarquía petrista.
Sus bromas, chismes, extravagancias y delaciones, director Carrillo, son sublimes.
Su papel de bufón de la Corte es maravilloso: usted se hace adorar, odiar y temer por el petrismo.
Siga hablando, señor director, y cuente con una fiel y arrobada audiencia.
Su incontinencia verbal es espléndida.
No intente auto controlarse ni se deje controlar.
Así como es, está muy bien.
Su aporte a la verdad histórica es magnífico.
No deje que le instalen filtros ni admita que le nombren consejeros.
Que nadie quiera convencerlo de que habla en exceso, inapropiadamente o sin filtro.
Siga compartiendo con el Congreso, la Fiscalía, la Procuraduría y la Prensa, la infinita información que posee sobre chanchullos, triquiñuelas, engaños, robos, envidias y demás pecados capitales de la cúpula del poder petrista.
No piense en las consecuencias de sus palabras.
Sígalas pronunciando por el bien del pueblo.
La verdad nos hará libres, lo hará libre.
Y cuando logre tapar a “Caregato”, revender los camiones de Uribia, lavar las “ollas comunitarias” de Albania y contraordenar los giros de Girón, que Petro lo premie ungiéndolo como ministro del Interior en propiedad y ministro de Salud encargado, para ver qué otras alimañas encuentra y qué otras novedades nos cuenta.
Siga, doctor Carrillo, destapando Cajas de Pandora y abriendo Patios de Monipodio.
